A partir de los 9 meses tu bebé comenzará a mostrar interés por comer con las manos. Cogerá los alimentos, los estrujará, desmenuzará y se los llevara a la boca con mayor o menor acierto. Entre los 12 y los 24 meses, los peques ya son capaces de coger una cuchara y quieren empezar a comer solos. ¿Sabes cómo estimularlos y ayudarlos sin perder la paciencia en el intento?
La mayoría de los niños disfruta enormemente "jugando" con la comida. Cuando los bebés comienzan a comer solos, descubren que les gusta probar nuevos sabores y texturas. ¡Incluso aquellos alimentos que no querían comer triturados podrían ser ahora bienvenidos!
Cuándo y cómo comienzan a comer solos
Alrededor de los 9 meses los niños experimentan una curiosidad natural por la textura de los alimentos. En esta primera etapa comienzan a comer ellos solos con las manos. Ya tienen lo suficientemente desarrollada la motricidad fina como para ser capaces de coger trocitos de comida y llevársela a la boca.
Comenzará cogiendo pequeños trozos de alimentos entre el dedo índice y el pulgar, formando un pinza. Al principio lo harán torpemente, pero con la práctica aprenderán pronto a usar sus deditos con destreza y eficacia.
A partir de los 12 meses, el bebé comenzará a mostrar interés por agarrar la cuchara para comer él solo. A partir de ese momento, empezará a explorar su uso poco a poco. La habilidad para utilizar los cubiertos para comer se adquiere progresivamente gracias a la práctica, ya que requiere un desarrollo mayor de la motricidad fina que el necesario para comer con los dedos.
La importancia de educar a los niños en la autonomía
Permite que tu hijo se alimente solo tanto como sea posible. ¡Es bueno para su desarrollo y también para su autoestima! Aunque seguirás teniendo que ayudarle, al fomentar que coma (primero con los dedos y después con la cuchara) estás ayudando a su peque a desarrollar hábitos saludables para alimentarse de manera independiente.
Comer solo con las manos, y un poco más tarde con los cubiertos, le da al pequeño cierto grado de control, libertad y autonomía. Son logros que le harán sentirse muy satisfecho de sí mismo. Puede que al principio no siempre se coma la comida y sólo experimente jugando con ella, pero esto también forma parte del proceso de aprender a autoregularse. ¡Incluso los niños pequeños saben cuándo tienen hambre y cuándo están llenos! Así que no te preocupes y permítele que aprenda a identificar las señales de su cuerpo.
En la medida que el bebé se muestre interesado, puedes aprovechar para enseñarle a comer solo. Hazlo sin presiones ni prisas, respetando su propio ritmo y felicitándole siempre por sus aciertos. Cuando premiamos a un niño por su buena conducta, estamos aumentando la posibilidad de que la repita en el futuro. De esta manera, conseguiremos que, poco a poco, nuestro peque aprenda a comer solo.
Es muy importante ir enseñándoles a hacer las cosas por sí mismos, para que puedan valerse por sí mismos. Es lo que se llama educar en la autonomía.
Consejos prácticos para un buen aprendizaje
El proceso de aprender a comer puede llevar meses (y hasta años, si se suma la enseñanza de los modales en la mesa), pero estos sencillos consejos te servirán para ayudar a tu hijo a que empiece a comer solo:
Algunos alimentos son ideales para ir probando porque son fáciles de agarrar con los dedos o con la cuchara. Por ejemplo: manzana rallada, trocitos de plátano o patata asada, etc.
Los gustos alimentarios de los niños pequeños son muy cambiantes y eso también influye en su manera de comer. Sé paciente y ten en cuenta que lo que le gustó hoy quizás ya no le guste mañana.
Controla el ritmo al que come. La mayoría de bebés se distrae y tarda mucho comiendo, pero quizás ocurra todo lo contrario y tu bebé coma demasiado rápido. En este caso, entretenle hablándole entre bocado y bocado para asegurarte de que mastique bien todo el alimento antes de tragárselo. También puedes incitarle a que mastique mientras le señalas la mejilla o la boca con el dedo, para que se de cuenta de lo que le estás pidiendo.
Sé tolerante y paciente con el desorden en la cocina. ¡Cuanto antes asumas que va a acabar sucia tanto mejor! Relájate y deja que tu hijo disfrute con la comida. La experiencia que tenga con ella en esta primera etapa, será clave para sentar las bases de su posterior relación con la comida. Lo único que no debes permitirle nunca es que tire la comida o derrame el agua intencionadamente.
Evita la contaminación cruzada desinfectando los utensilios de cocina con los productos de limpieza adecuados y siguiendo el protocolo para la preparación de alimentos que te enseñamos en este artículo.
Un truco para facilitar la limpieza es colocar hojas de periódico o un mantel de plástico debajo de su sillita.
Niño manchado, sí... ¡Pero feliz!
En esta etapa hay que ser paciente, el desarrollo del niño es mucho más importante que la obsesión por la limpieza. Por ejemplo, para limpiar su trona y los restos de comida del suelo, puedes utilizar un detergente con lejía como Estrella 2en1.
No te preocupes por las manchas, hoy día existen productos muy eficaces que te ayudarán a eliminar las más persistentes de sus baberos o ropita. Una de las manchas infantiles más difíciles de limpiar son las manchas de fruta, sobre todo las de naranja. Un truco muy eficaz para eliminarlas de prendas blancas, es dejarla a remojo con agua y un poquito de Neutrex con lejía durante 20 minutos. A continuación, aclararla y lavarla en la lavadora. En caso de que la etiqueta especifique que no admite el uso de lejía, siempre puedes utilizar productos específicos para quitar las manchas como Neutrex Oxy5 Color.
Seguro que con el tiempo, tu peque se convierte en todo un experto en el manejo de los cubiertos, pero el primer paso está en esos días de zafarrancho por todo el suelo y puré de frutas hasta en el techo. ¡Despreocúpate de lo mucho o poco que mancha y disfruta de esta nueva etapa en su crecimiento!
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