Nuestras experiencias vividas durante la crianza influyen enormemente en nosotros. Numerosos estudios han encontrado los efectos a largo plazo según el tipo de crianza que tuvimos durante los primeros años de vida, y una de las que sin duda suele mencionarse en ellos es la crianza con apego.
Sin embargo, sus efectos no solo son evidentes en la vida adulta, sino que también podemos observarlos durante la infancia. Te compartimos cómo influye la crianza con apego en el comportamiento de los niños.
Qué es la crianza con apego
Como ya lo hemos explicado en otras ocasiones, este tipo de crianza está basada en la teoría del apego, propuesta originalmente por el psicólogo británico John Bowlby, quien habló del apego como ese primer vínculo que los niños desarrollan principalmente con sus madres.
Ese vínculo entre madres e hijos desempeña un papel crucial en su desarrollo y funcionamiento social, psicológico y emocional, y se trata de una relación en la que hay comunicación, cuidado y demostraciones afectivas de manera constante en diversas situaciones.
En este tipo de crianza, bebés y niños saben que la persona o figura de apego (mamá, en la mayoría de los casos, pero también papá) está disponible para ellos, haciendo que se sientan seguros y acompañados.
Como mencionábamos al inicio, algunas investigaciones han analizado cómo influye este apego seguro en bebés y niños, encontrando que aporta diversos beneficios en varios aspectos de su desarrollo y comportamiento, que a continuación mencionaremos.
Regulan mejor sus emociones
Una de las características de la crianza con apego es la importancia o énfasis que se le da a las emociones. A través de ella, ayudamos a nuestros hijos a identificar y expresar sus emociones, lo que les permite regularlas de forma efectiva.
Ojo, esto no quiere decir que nunca habrá rabietas o momentos de frustración (son parte normal de su desarrollo) pero sí que aprenderá a manejarlas de manera más saludable.
Se estresan menos
Otro beneficio que podemos ver en los niños criados con apego seguro -y que lo ha confirmado un estudio-, es que tienen menores niveles de estrés gracias a la regulación emocional que comentábamos y a que, al tener un vínculo cercano con sus padres, sean más abiertos a compartir con ellos aquellas cosas que les agobian o preocupan.
Son generosos y amables
De acuerdo con un estudio realizado en niños de edad preescolar, los niños criados por madres amorosas y empáticas suelen ser más generosos y amables con otros niños, gracias a la relación emocional cercana que existe entre madres e hijos.
Tienen seguridad en ellos mismos
Como en alguna ocasión lo dijimos: un bebé que se siente seguro es un bebé que querrá explorar el mundo. Al saber que tienen una persona a la que siempre podrán acudir cuando lo necesiten, los niños tendrán mayor seguridad en ellos mismos, animándose a explorar y probar cosas nuevas, así como a enfrentar desafíos y superar obstáculos.
Son empáticos con los demás
Finalmente, otro efecto que podemos ver en el comportamiento de los niños, es que el apego seguro también fomenta en ellos habiliades sociales importantes como la empatía, y así lo confirma un estudio que encontró que los bebés que eran criados con apego y contacto materno, se convertían en personas empáticas con los demás.
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