Uno de los juegos que más disfrutan tanto padres como hijos son las sesiones de risoterapia con el bebé. Es altamente recomendable reservar unos minutos diarios para jugar con el bebé, pues además de ser muy divertido, contribuye a establecer una comunicación positiva entre ambos.
La risa es salud. Al reírnos se desencadena un mecanismo físico y hormonal que nos proporciona una gran sensación de bienestar. El cuerpo libera endorfinas, ayudando a relajarnos y a mejorar la oxigenación. Además, la risa ayuda a eliminar los miedos, a disminuir el estrés y a fortalecer la autoconfianza.
Las sesiones de risoterapia no tiene que ser largas, basta con unos cinco minutos diarios, o hasta que el bebé demuestre falta de interés. Eso sí, hay que jugar con el bebé según su estado de ánimo. Si vemos que no está de humor para risas, mejor lo dejamos para otro momento.
Juegos para hacer reír al bebé
Hacer reír a un bebé es muy sencillo. Una técnica estupenda para empezar son las cosquillas, con cuidado de no hacerle daño, ya sea en los pies, carrera de dedos en la tripita, en los costados o, la perdición de mi bebé, en el cuello.
A algunos nos les gusta nada, pero a otros les encantan los mordisquitos en los pies. Debes ir probando qué es lo más le gusta a tu bebé.
Podéis seguir con el juego del cu-cu-tras o del escondite, a los bebés les encanta jugar a esconderse. Con un pañuelo (si es traslúcido mejor) podéis cubrirle la cabeza preguntando “¿Dónde está el bebé?" y al descubrirla responder de forma enfática “¡Aquí está!".
Podéis repetirlo una y otra vez. A los bebés les divierten muchísimo las repeticiones. No se cansan y siempre piden más.
Un clásico que no suele fallar son las pedorretas en la tripita. A mi bebé le fascinan y siempre pide “má, má" (más, más).
Otra fórmula infalible para que ría es alejarse del bebé y con movimientos lentos os acercáis diciéndole “que te atraaaapo".
Si el bebé tiene más de seis meses y ya se sienta solito podéis sentarlo en el regazo cogido de las manos y columpiarlo hacia adelante y hacia atrás. Ya en un plan más movidito podéis jugar al caballito haciéndolo trotar y galopar.
Por último, un juego que les vuelve locos a los más mayorcitos: el avión, pero cuidado con los mareos.
El mejor momento para la sesión de risoterapia
Cualquier momento del día es adecuado para una sesión de risoterapia con el bebé, siempre que él quiera. Aunque conviene evitarla a la hora de acostarse para que no se vaya a dormir alterado, con una sobrecarga de estímulos.
Al final del día, antes del baño, aprovechando que se desviste al bebé, es un momento ideal. Le ayuda a aliviar las tensiones del día y luego un bañito relajante.
Os recomiendo las sesiones de risoterapia con el bebé. Es una estupenda manera de fortalecer la comunicación entre padres e hijos de una forma divertida y positiva. Los pequeños las disfrutan muchísimo y los papás también.
Foto | Tim & Selena Middleton en Flickr
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