Amamantar a un bebé con Síndrome de Down puede ser difícil, pero no imposible: consejos para lograrlo

Amamantar a un bebé con Síndrome de Down puede ser difícil, pero no imposible: consejos para lograrlo
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La lactancia materna es el alimento ideal para todos los bebés hasta los seis meses de vida en exclusiva y hasta los dos años acompañada de otros alimentos. Pero no siempre es fácil y hay algunos bebés que pueden tener más dificultades que otros para mamar.

Es el caso de los bebés con Síndrome de Down, que tienen algunas características que pueden dificultar la lactancia materna. Y, sin embargo, se benefician enormemente si lo consiguen.

¿Qué es el Síndrome de Down?

El Síndrome de Down es una alteración genética, una anomalía cromosómica. Estos bebés tienen tres cromosomas 21, en vez de los dos que tenemos normalmente: uno del padre y otro de la madre; por eso al Síndrome de Down también se le conoce como trisomía 21.

Es relativamente frecuente: se estima que uno de cada 700 bebés nacen con esta alteración y la frecuencia aumenta a medida que lo hace la edad materna, especialmente a partir de los 35 años.

Los bebés con Síndrome de Down tienen algunas características particulares: ojos almendrados, lengua grande (macroglosia) y protruyente, pliegue palmar único, dedo gordo del pie separado (en sandalia), nariz pequeña con la raíz nasal aplanada, hipotonía (poco tono muscular) e hiperlaxitud ligamentosa.

El Síndrome de Down no es una enfermedad, pero algunos de estos bebés sí pueden asociar algunas patologías como cardiopatías, malformaciones digestivas (atresia duodenal, enfermedad de Hirschprung), problemas oftalmológicos o discapacidad intelectual, y tienen mayor riesgo de otitis y otras infecciones, celiaquía y leucemia.

¿Por qué es beneficiosa la lactancia materna especialmente en estos niños?

Sabemos que la leche materna es el alimento ideal para los bebés y que tiene múltiples beneficios para todos pero, en los niños con Síndrome de Down es aún más importante.

Hemos comentado que estos bebés son más propensos a sufrir algunas infecciones y la lactancia materna ha demostrado tener un papel importante en el sistema inmune. 

La lactancia materna protege frente a las otitis y las infecciones respiratorias. Además, una característica común en estos bebés es la hipotonía (poco tono muscular), y la lactancia materna favorece el desarrollo motor de la boca (lengua y mandíbula), mejora la expresión facial y el desarrollo del lenguaje.

Por otro lado, estos bebés tiene diferentes grados de discapacidad intelectual y hay estudios que asocian la lactancia materna con un mejor desarrollo cognitivo. La lactancia materna también favorece el vínculo madre-hijo. Aunque en muchos casos el diagnóstico se conoce desde el embarazo; en otros se diagnostica cuando nace el bebé y las familias pueden verse sobrepasadas. 

La lactancia materna es un momento de encuentro madre y bebé y fortalece esos lazos; muchas madres refieren que amamantar a sus hijos les ayudó a normalizar su situación y encontraron tranquilidad en los momentos de amamantar.

¿Qué dificultades tienen los bebés con Síndrome de Down para mamar?

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A pesar de que se sabe que la lactancia materna es especialmente beneficiosa para ellos, los bebés con Síndrome de Down tienen muchas más dificultades para mamar que otros y esto hace que tengan cifras más bajas de lactancia materna y que sus lactancias sean más cortas.

Por un lado, hay características anatómicas como la hipotonía (poco tono muscular) y la macroglosia (lengua grande) que dificultan la lactancia. Estos bebés se enganchan peor al pecho y les cuesta más hacer el vacío y la presión negativa necesarios para mamar. Contraen los músculos de la cara implicados en la succión con menos fuerza, lo que hace que succionen más débilmente y que las succiones sean más cortas. Estas dificultades en la succión suelen mejorar con el tiempo. Además, pueden tener dificultades para la deglución (tragar), se quedan dormidos con facilidad y ganan peso más despacio.

Por otro lado, algunos bebés presentan otras patologías que pueden dificultad aún más la lactancia materna, especialmente si necesitan ingresar y/o cirugía (cardiopatías congénitas, malformaciones del aparato digestivo...).

Además, desgraciadamente muchos profesionales sanitarios no están correctamente formados en lactancia materna y se centran más en el peso y en otros problemas médicos de estos niños restando importancia a la lactancia.


No hay ninguna prueba que nos indique que los bebés con Síndrome de Down se alimenten mejor con biberón que directamente al pecho.

¿Cómo podemos conseguir una lactancia materna exitosa en estos bebés?

Una de las partes fundamentales para ello es contar con apoyo especializado en lactancia, idealmente con experiencia en bebés hipotónicos. Si conocemos el diagnóstico desde el embarazo, una consulta prenatal puede ser de ayuda.

Las madres que acuden a grupos de lactancia y/o pertenecen a  asociaciones de Síndrome de Down se sienten más arropadas y apoyadas y encuentran ahí otro punto de apoyo y ayuda a la lactancia. También es importante involucrar al padre en la lactancia materna.

Al igual que en otros bebés, siempre que sea posible, lo recomendable es hacer piel con piel tras el parto e iniciar la lactancia tan pronto como sea posible. Estos bebés pueden tener mayor dificultad para engancharse y succionar.

Posición Dancer

La posición Dancer puede ayudar en estos bebés hipotónicos. Consiste en sujetar la mandíbula del bebé con nuestros dedos pulgar e índice y apoyar los otros tres dedos en nuestro pecho. En el protocolo 16 de la Academia de la Lactancia Materna (Academy of Breastfeeding Medicine) sobre la lactancia materna en bebés hipotónicos pueden verse diferentes imágenes y dibujos de esta posición.

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Es importante garantizar una buena sujeción de la cabeza y el cuerpo del bebé, una almohada de lactancia puede ser útil. Además podemos realizar compresión mamaria para que tome más cantidad en menos tiempo y no se canse tanto. En algunos casos con buena producción de leche, el uso de pezoneras también puede ayudar.

Estos bebés suelen realizar tomas breves por lo que deberemos ofrecer el pecho frecuentemente.

El pediatra irá controlando periódicamente el peso del bebé. Los niños con  Síndrome de Down crecen diferente, por lo que empleará unas tablas de crecimiento específicas.

En algunos casos en los que el bebé necesita ingreso y no puede comer por boca durante unos días, la madre deberá extraerse leche para mantener la producción y para poder darle posteriormente su leche al bebé. Deberá empezar tan pronto como sea posible tras el parto y continuar extrayéndose con frecuencia remedando las tomas del bebé (cada 3 horas aproximadamente tanto de día como de noche).

En resumen...

No hay ninguna prueba que nos indique que los bebés con Síndrome de Down se alimenten mejor con biberón que directamente al pecho. Sin embargo, sí hay evidencia de que los beneficios de la lactancia materna en estos niños son aún mayores. Todas las madres con bebés con Síndrome de Down deben ser informadas de los beneficios de la leche materna para sus bebés y deben ser animadas a amamantar así como apoyadas, incluso desde antes del parto, si deciden alimentar a su hijo con leche materna. Aunque estos bebés tengan más dificultades para mamar que otros, es perfectamente posible lograr una lactancia materna feliz en estos casos.

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