Para conseguir una lactancia exitosa es fundamental lo que ocurra inmediatamente después del nacimiento del bebé. Por ello la Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF han publicado la guía Los 10 Pasos para la Lactancia Materna.
La OMS lleva décadas alertando sobre los múltiples beneficios de la lactancia materna, pero en este caso se quiere hacer hincapié en las primeras horas del recién nacido, por eso el documento está dirigido sobre todo a los profesionales de las maternidades y paritorios, aunque las mamás también deberían tomar buena nota para sentar bien las bases de la lactancia.
La lactancia salva vidas
La guía viene a sustituir a las recomendaciones dirigidas para bebés los bebés nacidos a término. Las nuevas recomendaciones incluyen también a los prematuros, bebés con bajo peso o enfermos, para los que la leche materna no es solo alimento, sino una auténtica medicina que mejora exponencialmente sus posibilidades de supervivencia.
Sin embargo, el el mundo solo el 40% de los bebés son amamantados. Según alertan estos organismos, “dar el pecho a todos los bebés desde el minuto cero y hasta, por lo menos, los dos años salvaría anualmente a más de 820.000 niños menores de cinco años” y hacerlo tempranamente, prácticamente desde el paritorio, les protege contra infecciones y malnutrición.
En la conferencia de prensa de presentación de este decálogo, el experto de la OMS Laurence Grummer-Strawn dijo:
"Esta iniciativa se refiere sobre todo a los primeros días de vida. Es sobre lo que pasa en nuestras maternidades. Es un momento crítico que hay que proteger para hacer todo lo posible para que lactancia empiece bien y sea exitosa".
Por su parte, el director de los programas de Nutrición de UNICEF, Víctor Aguayo, hizo hincapié en una realidad que es también la que vivimos en España:
"Muchas mujeres no reciben el apoyo necesario para tener un buen inicio de la lactancia y dejan de dar el pecho mucho antes de lo que tenían planeado".
10 pasos para empezar con buen pie
Repasamos punto por punto las diez reglas de oro para iniciar la lactancia exitosamente recogidas en la guía:
1. Cumplir todos y cada uno de los requerimientos en relación con las fórmulas artificiales, lo que exige que se tengan, pero que no se promocionen.
En la guía se recomienda que las maternidades se adhieran al código internacional de Comercialización de Sucedáneos de Leche Materna de 1981, que dice que la leche de fórmula debería estar disponible en las maternidades para cuando sea necesario, pero no debería promoverse su consumo. No deberían ofrecerse muestras gratuitas a las familias.
2. Asegurarse de que toda la plantilla del centro tiene el conocimiento suficiente y las habilidades suficientes para dar apoyo en la lactancia.
Muchas mujeres se quejan de que se sienten abandonadas por los médicos después de dar a luz. El ginecólogo te mira cómo evoluciona el útero, la episiotomía... y el pediatra se encarga del bebé, pero ¿y la lactancia? Pues, lamentablemente, muchas veces depende de que tengas suerte y des con una enfermera que controle sobre el tema. Lo suyo es que, como pide la guía, todo el personal de la planta de maternidad esté formado en lactancia o, al menos, que haya una persona espacialista en el tema en todos los turnos.
3. Hablar e informar sobre la lactancia materna a la mujer y sus familiares.
Hay que recordar que estas recomendaciones van dirigidas a todo el mundo. En España hay muchísima información sobre los beneficios de la lactancia materna y dar el pecho o no es solamente una decisión de la mujer. Por cierto, en el documento se insiste también en respetar la decisión de la madre si no quiere dar el pecho y no hacerla sentirse culpable.
4. Practicar el piel con piel nada más nacer.
Es el punto más importante de la guía: insistir en que el bebé esté piel con piel sobre el pecho de su madre nada más nacer (si por una emergencia médica no se puede, entonces se puede encargar el padre). El bebé regula su frecuencia respiratoria y cardiaca y la temperatura, reduce el estrés del nacimiento y, por supuesto, se propicia el inicio de la lactancia materna. Los beneficios del llamado "método canguro" incluso se prolongan en el tiempo y sus resultados son espectaculares en bebés prematuros.
5. Apoyo a las madres en el inicio del amamantamiento.
Dar el pecho es lo más natural, pero curiosamente hay mamás que no han visto nunca mamar a un bebé hasta que tienen que darle al suyo. A veces, necesitamos ayuda para colocarnos al bebé al pecho correctamente, saber si el enganche es correcto... Esa ayuda tiene que estar presente desde el principio. A la familia le corresponde dar apoyo a la mamá, aconsejarla en caso de las mamás más experimentadas y sobre todo transmitirle mensajes positivos sobre la lactancia.
También es necesario que los profesionales sanitarios que estén en contacto con las mamás recientes, tengan formación en lactancia y se aclare a las mujeres qué tienen que hacer y donde acudir en caso de que tengan algún problema o duda.
6. No hay que dar otro alimento al recién nacido, a no ser que se requiera por prescripción médica.
Es la historia (triste) de muchas lactancias fallidas por falta de información y falta de apoyo. Bebé que llora sin parar porque tiene hambre, la leche que no ha subido todavía y empiezan a llover los consejos de familiares y, lo que es más grave, del personal médico: "dale una ayudita que está pasando hambre". Eso cuando no te lo traen del nido con el biberón puesto (sí, sin pedirte permiso, a mí me ha pasado) y el niño que no se engancha, claro. Estas prácticas no solo se cargan las lactancias, sino que los biberones pirata también pueden provocar alergia a la proteína de la leche de vaca.
7. Madre e hijo deben estar las 24 horas juntos.
Salvo que estemos ante una emergencia médica, no está justificado separarnos justo después del parto: el lugar del bebé está encima del pecho de su mamá. En este tema se ha avanzado mucho y se suele respetar bastante en los partos vaginales. La asignatura pendiente son las cesáreas. Las mamás, después de la cirugía, se van a reanimación y pueden pasar horas hasta que puedan reencontrarse con su pequeño.
8. Enseñar a las mujeres a detectar las señales que indican que su pequeño quiere mamar.
Aunque cada bebé es diferente y las mamás aprendemos rápidamente a comunicarnos con él, hay unas cuantas cosas que son claros signos de que el bebé tiene hambre y es importante atenderle (si esperamos hasta que se desespere y se ponga a llorar, le va a costar más agarrarse al pecho). Llevarse los puñitos a la boca, hacer movimientos de succión o cabecear buscando el pecho son claras señales de que es su hora de comer. Algunas mamás directamente se pasan los primeros días con el bebé encima haciendo piel con piel. Así, el bebé tiene acceso fácil al pecho, se agarra y se suelta a ratitos y ni siquiera llega a dar señales de hambre.
9. Aconseje a las madres sobre el uso y los riesgos de alimentar con biberones.
Las mamás que decidan dar el biberón tienen que tener en cuenta unas normas básicas de seguridad en cuestiones de higiene, cantidad de producto necesario... Hay casos extremos en los que se ha causado graves daños a la salud del bebé por no hacer un buen uso del biberón.
10. Coordinar el alta para que los padres y sus bebés tengan acceso oportuno a asistencia y atención continua.
Cuando llegamos a casa con un bebé en los brazos, sobre todo si es el primero, nos surgen un montón de dudas y, a veces, familiares o amigos más experimentados no son suficiente. ¿Qué es normal y qué no? Se agradecería que el acceso a los servicios médicos fuera más cercano y se crearan mecanismos de comunicación con las familias más allá de los controles médicos de rigor.
Esperemos que con estas nuevas recomendaciones para proteger la lactancia de la OMS las maternidades que todavía no lo hacen, se pongan las pilas con este tema tan importante.
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