Según un estudio encargado por el National Literacy Trust en el año 2008 a la psicóloga, y experta en interacción infantil entre padres e hijos, Suzanne Zeedyk existen grandes evidencias que confirman que las primeras interacciones entre los padres y su bebé tienen un efecto importante en el desarrollo cognitivo, emocional y neurólogico de los niños.
Y es que no hay mejor prueba que el estímulo vital que tiene un bebé al observar expresiones faciales positivas de sus padres para desarrollar su capacidad social durante sus tres primeros años de vida, el período de tiempo por el que la neurociencia asegura que el cerebro se desarrolla mucho más deprisa que en cualquier otro momento de la vida.
En qué consiste este estudio experimental
Basándose en estas premisas, la doctora Zeedyk realizó un estudio de observación de 2.722 familias con bebés y, al mismo tiempo, también estudió cómo se comportaban 20 bebés a lo largo de un recorrido por el casco urbano de una ciudad en la que iban orientados hacia adelante durante la primera mitad del paseo y hacia su madre o padre en la otra mitad del paseo.
Las conclusiones que sacaron de este estudio experimental son, cuanto menos, significativas ya que al orientar la silla hacia su progenitor se duplicaba el porcentaje de padres que hablaban, reían, jugaban y, en definitiva, interactuaban con su bebé. También se comprobó que el 52% de los niños se dormían antes si paseaban mientras miraban a sus padres frente al 27% que lo hacía si su orientación era hacia la ruta.
¿Conclusión? Según este estudio, los padres se comunican más con sus hijos y los niños duermen mejor y su frecuencia cardíaca es más baja (menos estrés) cuando sus sillas van orientadas en el sentido contrario de la marcha.
¿Orientación a favor o en contra de la marcha?
Entonces, ¿quiere esto decir que todas las sillas de paseo deberían estar orientadas hacia los padres? A medida que el bebé va creciendo se interesará mucho más por su entorno y desde ese punto de vista orientar la silla hacia la ruta puede propiciar ese principio independiente de interesarse por el mundo. Si en ese momento decides cambiar la orientación de su silla de paseo, no olvides interactuar al máximo con él para que se sienta protegido mientras descubre el maravilloso mundo que hay más allá de la carita de su mamá y su papá.
La solución: el Duo Urban
Nuestra recomendación general, pues, es orientarlo hacia los padres cuando son más pequeños para mantener el contacto visual y cambiar la orientación hacia el exterior cuando sean más grandes y notes que tienen curiosidad por el mundo que les rodea. Pero en definitiva, sea cual sea la orientación que le quieras dar a la silla de paseo de tu bebé o si prefieres ir cambiándola según el día y el estado anímico de tu bebé, el cochecito Duo Urban de Chicco te ofrece ambas posibilidades gracias a su silla reversible que te permitirá utilizar ambos sentidos de la marcha.
Además está compuesto de un capazo pensado para los primeros meses de vida de tu bebé, se pliega fácilmente, ocupa muy poco espacio, tiene un doble sistema de reclinado (reclinando el respaldo o basculando la estructura), incluye un reductor para los primeros meses de vida y tanto la capota, el cubrepiernas y el kit confort pueden cambiar de color cada día.