La silla de paseo es uno de esos productos de puericultura que despierta incertidumbre en los papás, ya que muchos consideran que no son necesarias si se tiene un carrito de paseo. Adquirir una sillita no deja de ser un gasto más (y un objeto más en casa) pero se convierte en un producto casi indispensable cuando los peques dejan de ser bebés, así como una buena opción de compra desde el nacimiento si se elige una adecuada. Sobre sus ventajas y cómo escoger una buena silla de paseo vamos a tratar hoy en este espacio.
Ligeras para el día a día
Si hay algo que caracteriza a las sillas de paseo es que son ligeras. Y es, precisamente, su peso, una de sus principales ventajas y un buen motivo para hacerse con una. Quitarle importancia a los kilos que tiene la estructura de la sillita pensando solo en los desplazamientos es un error, ya que, tanto carros como sillitas de paseo se pliegan y despliegan continuamente, se suben y bajan por escalones (porque no hay rampas en todas partes), se cargan y descargan del coche, hay que entrarlas y sacarlas del metro o el bus…
Una silla de paseo ligera puede hacer mucho más cómodo, a la par que rápido y práctico, cualquier trayecto, ya que se ahorra tiempo y esfuerzo, tanto cuando vamos paseando por la ciudad, como cuando nos desplazamos en coche o en transporte público.
Manejables en la ciudad
Incluso en las grandes ciudades, ya no digamos en los pueblos pequeños, existen calles estrechas con aceras diminutas por las que pasear con un bebé se convierte en una auténtica proeza.
Las sillitas de paseo, al tener un chasis estrecho y unas ruedas pequeñas, permiten transitar sin dificultad por la mayoría de zonas de la ciudad. Esto no solo es importante por la comodidad, sino que también se trata de un tema de seguridad. A menudo, al pasear con el bebé por aceras demasiado estrechas sucede que una de las ruedas baja el bordillo y el carro puede desequilibrarse.
Imprescindibles para los viajes
Si en la ciudad son útiles, cuando se trata de viajar en familia las sillas de paseo son imprescindibles. La ropa de mamá y papá, la ropa de los niños, juguetes, pañales, el neceser… Poco a poco el maletero del coche se va llenando y apenas queda hueco para nada más. La gran ventaja de la silla de paseo es que ocupa muy poco espacio en el vehículo.
Además, la sillita resulta muy práctica cuando estamos fuera de casa, ya que si cuenta con varias posiciones de reclinado los peques pueden echarse una siesta tras la comida, bien en el mismo restaurante o bien dando un paseíto. Esto resulta muy cómodo y evita tener que volver a casa o al hotel para que los peques descansen.
Fomentan la autonomía de los peques
Hasta ahora hemos hablado de ventajas para los papis, pero para los peques las sillas de paseo también tienen puntos fuertes que conviene destacar. Buen ejemplo de ello es que ayudan a fomentar el desarrollo y la autonomía de los niños, ya que cuando empiezan a andar pueden subirse y bajarse por sí mismos.
Esta autonomía resulta muy útil porque os permitirá tener las manos libres mientras los peques se suben para cargar con la compra, la maleta de los peques, abrir el coche… También es recomendable para evitar problemas de espalda y dolores en las lumbares al coger el peso del niño para sentarlo en la sillita.
Mayor vida útil
Aunque siempre asociamos el uso de las sillas de paseo a los niños más mayores, muchas de ellas pueden usarse desde el nacimiento, siendo unas aliadas fantásticas desde los primeros meses de vida, para aprovechar todas sus ventajas y darle una mayor vida útil al producto.
Comprando una silla que sea versátil y funcional, tendremos un sistema de paseo que cubra desde los 0 meses hasta pasados los 3 años, y que también se podrá usar como trona en momentos puntuales, por ejemplo para darle la merienda al peque tras el paseo.
Son económicas
Las sillitas resultan mucho más económicas que los carritos, por lo que son una buena opción para adquirirlas como un segundo medio de paseo. Eso permite, por ejemplo, dejar la sillita siempre en el maletero del coche (y tenerla lista para usarla a diario, en escapadas o imprevistos).
También son muy útiles para tener en casa de familiares a los que visitamos frecuentemente o bien en casa de los abuelos, que normalmente son los encargados de recoger a los peques en la guardería o el cole. De esta manera, les facilitamos la organización diaria con los peques y les evitamos tener que cargar con ellas.
Caben en cualquier rincón
La falta de espacio se convierte en un dolor de cabeza cuando llega un nuevo miembro a la familia. Un niño viene acompañado de mil y un objetos necesarios, por lo que conviene que estos, al menos, ocupen el menor sitio posible.
Las sillas de paseo ocupan poco espacio desplegadas, pero lo mejor es que plegadas se pueden guardar prácticamente en cualquier rincón de casa: detrás de una puerta, en un armario, en el hueco de la escalera… Como, además, las hay que se pliegan muy fácilmente, os resultarán muy cómodas cuando estéis en locales pequeños, como por ejemplo en las tiendas del barrio, en bares y restaurantes o en casa de amigos y familiares.
A la hora de elegir una silla de paseo conviene fijarse en su peso, dimensiones, estructura y opciones de reclinado. La sillita de paseo Liteway² ofrece una solución compacta y versátil de tan solo 7 kilos de peso y con 5 posiciones de reclinado, para que los niños viajen cómodos. Está homologada para usarse desde el nacimiento, por lo que se le puede sacar el máximo partido.
Tanto si vives en una ciudad como en un pueblo más pequeño, si te desplazas a pie o en transporte público, seguro que estas ventajas te resultarán útiles. Las sillitas de paseo pueden hacerte más fácil tu día a día, tanto en la calle como en casa.
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