La lactancia materna es el mejor alimento para el bebé y por eso la Organización Mundial de la Salud (OMS) la recomienda en exclusiva hasta los 6 meses de edad.
Sin embargo, hay ocasiones en las que no es posible seguir esta recomendación por algún problema de salud del bebé o la mamá. También puede deberse a una decisión personal de la madre, por la vuelta al trabajo o por el motivo que estime oportuno. Cada familia adapta la alimentación a sus propios ritmos.
En estos casos, una solución ideal puede ser la lactancia mixta, es decir, combinar la lactancia materna con la leche de fórmula.
La lactancia mixta se puede hacer de forma simultánea o alterna. Si se hace de forma simultánea, se debe ofrecer siempre primero el pecho al bebé y si, después de acabar ambos pechos, continúa con hambre, se le ofrece el biberón con la leche de fórmula. Es lo más recomendado para bebés que tienen problemas para ganar peso.
En la lactancia mixta alterna, se van alternando las tomas, es decir, una toma se hace con lactancia materna y la siguiente con leche de fórmula. Esta opción puede ser de gran ayuda para madres que deben alejarse de sus bebés durante breves periodos de tiempo, como por ejemplo al trabajar.
De este modo, el bebé puede seguir obteniendo lo mejor de su madre gracias a las tomas de lactancia materna y a su vez, la leche de fórmula puede ayudar a solventar estas situaciones.
3 claves para que el bebé no rechace la leche materna
Una de las principales preocupaciones a la hora de decantarse por la lactancia mixta es que el bebé llegue a rechazar el pecho. Sin embargo, hay algunos consejos que podemos poner en práctica para evitar que esto pase:
- Ofrecer siempre el pecho antes que la fórmula infantil.
- Dar el pecho con la mayor frecuencia posible.
- Tener cuidado con la leche elegida, pues las fórmulas suelen ser más dulces que la leche materna al contener azúcares añadidos y esto puede provocar que al bebé le guste más.
¿Qué leche de fórmula es mejor para la lactancia mixta?
Cuando se inicia la lactancia mixta hay una decisión muy importante que tomar y es qué leche, después de la leche materna, es la mejor para nuestro bebé. Las leches de fórmula son leches adaptadas ya que se obtienen de otro mamífero y se adaptan en su composición para que se parezca lo máximo posible a la leche materna. Hay múltiples opciones en el mercado y, aunque todas las fórmulas están reguladas y tratan de imitar a la leche materna, hay que saber elegir bien.
Normalmente las fórmulas infantiles se hacen a partir de leche de vaca pero también están las fórmulas a base de leche de cabra.
La leche de cabra posee ciertas características que la asemejan más a la leche materna, por lo que habrá que hacerle menos adaptaciones como leche de fórmula y por tanto estará menos procesada.
A nivel celular, la leche de cabra se segrega de una forma similar a la leche materna, conservando más componentes celulares naturales, como nucleótidos y aminoácidos libres.
Como ejemplo de fórmula infantil a base de leche de cabra en el mercado encontramos Capricare. Estudios realizados con Capricare muestran que las heces de los lactantes alimentados con esta fórmula se asemejan en consistencia a la de los bebés alimentados con leche materna y que el número de deposiciones es más frecuente y sin molestias.
Por todo ello, las fórmulas infantiles a base de leche de cabra son una alternativa más que valorable en la lactancia mixta.