¿Sois de los que están esperando la llegada de un segundo o tercer bebé? ¿Tenéis ya dos hijos o más y no os sobra precisamente espacio en casa? Si este es vuestro caso como papás, no os preocupéis. No estáis solos. Cada vez son más familias las que tienen que adaptar viviendas de espacio moderado a la llegada de segundos o terceros niños. Y la realidad es que no siempre disponemos en casa de tantas habitaciones como nos gustaría.
Las viviendas de hoy en día tienden a ser cada vez más reducidas, pero no por ello tenemos que renunciar a un hogar funcional, acogedor y cómodo. Todos los miembros de la familia pueden convivir en armonía compartiendo espacios. Por ejemplo, hermanos y hermanas.
Conseguir que ellos compartan una misma habitación y que, a su vez, vean suplidas sus necesidades individuales desde bien pequeños no tiene por que ser una misión imposible. Con un poco de imaginación el dormitorio compartido de vuestros hijos puede ser su propio paraíso individual. Ésa es la clave del éxito: lograr, a través de la decoración y el diseño de estos dormitorios infantiles, que cada uno de vuestros hijos disponga de su propio espacio en el que sentirse a gusto, desarrollarse y poder dar respuesta a sus muchas necesidades individuales.
Y, además, pensadlo también por otro lado: el hecho de que tengan que hacerlo les aporta un extra importante en su desarrollo personal. Aprender a compartir y negociar, a convivir en paz y armonía con otro igual a él o ella, a saber que no todo gira entorno a uno mismo, es una enseñanza muy valiosa que reciben especialmente los chavales que alguna vez han compartido dormitorio con algún hermano o hermana.
En fin, que disponer de una única habitación para dos o más hijos no tiene por qué ser un problema. Para ellos tiene también aspectos muy positivos y con un poco ingenio, ese único espacio puede adaptarse sin problemas a cada uno. Aquí van algunos pasos importantes para lograrlo. Habrá que distribuir bien las zonas y espacios, asociar ciertas funciones a todos los elementos y tirar de otros trucos y herramientas, como el empleo del color, para el día a día del cuarto compartido de vuestros hijos.
Paso uno: asignar la zona para el descanso
El primero de los pasos es asignar una zona para cada una de las funciones y actividades que vuestros hijos van a necesitar desarrollar en su dormitorio. Pensad que un cuarto infantil siempre debe contemplar una área para el descanso y el sueño (que cada uno de los niños realizará de forma individual), otra para el momento de juegos (que normalmente compartirán), y otra que se destinará, sobre todo, para el almacenaje general de enseres (desde ropa, hasta juguetes y cuentos).
Una vez determinadas estas necesidades, las camas serán el primero de los elementos a ubicar. Aquí tendréis que optar por camas individuales u otras soluciones como camas nido o literas si el espacio no permite que se monten por separado. Para hacerla aún más personal, existen modelos de camas extensibles que se van adaptando a su propio crecimiento con el paso del tiempo.
A la hora de decidir, tened en cuenta que la cama será el espacio realmente propio, individual e intransferible que tenga cada uno de vuestros hijos en el cuarto compartido. Por ello, una buena forma de darle cierta singularidad y diferenciación es apostado por textiles, colchas, edredones y cojines diferentes. Que cada uno de vuestros hijos participe en esa elección según sus gustos y así verán su propia personalidad e intereses recogidos en una parte muy llamativa y visual del dormitorio.
Si además queréis dotar a cada cama de cierta privacidad, un dosel será una buena solución, y una muy decorativa.
Paso dos: asignar la zona para el juego
Una vez colocadas las camas, del espacio que quede entre ellas, saldrá la zona libre para el juego. Es muy importante ubicarlas pensando en que exista un área central para ello. Tened en cuenta que, cuanto mejor habilitemos esta función en el propio cuarto, más les gustará pasar tiempo jugando en él y compartiendo momentos divertidos con sus hermanos o amigos.
Para que el desarrollo de esta actividad sea aún más placentero, es casi obligado colocar una alfombra mullida sobre la que se pueden tumbar y sentar. Que no se os olvide que los niños, desde bien pequeños, juegan sobre el propio suelo. Existen hasta diseños de alfombras que llevan incorporados dibujos y estampados que fomentan el juego. Desde carreteras para los cochecitos, hasta dibujos como la famosa rayuela sobre la que poder saltar.
Paso tres: asignar la zona de almacenaje
Ésta es otra de esas zonas que deberéis ubicar y diseñar de forma estratégica si no queréis que el dormitorio de vuestros hijos parezca la zona cero tras un terremoto. Los sistemas de almacenaje adecuados y la forma en que estos se presentan a vuestros peques, son la fórmula ideal para que mantener las cosas en su sitio no sea algo imposible.
Cada uno de vuestros hijos debe saber que sus juguetes tienen un lugar dónde guardarse, que cada elemento tiene su sitio y que sacarlo y devolverlo al mismo cuando el juego termina, es divertido y pan comido.
Seleccionad un sistema de almacenaje flexible que se adapte al estilo del dormitorio y que permita ampliarlo conforme vayan haciéndose mayores. Apostad por las estructuras de madera con cajoneras. También por cestos, cajas o cajones de cama en los que organizar por categorías. Además, como recurso decorativo e individualizador, podéis diferenciar los espacios de almacenaje de juguetes por colores y que cada uno de los peques guarde los suyos en los de uno color determinado. Es otra idea que hará sentir a tus hijos que tienen su propio espacio diferenciado en el cuarto compartido.
En el site de Ikea podéis encontrar otros muchos trucos para conseguir que el cuarto de los peques esté siempre ordenado y sea divertido para ellos.
Paso cuatro: pensando en el futuro escolar de los peques
A medida que los peques crezcan, sus deberes y tareas del cole irán aumentando también. Por eso, una buena táctica es, desde que son chiquititos, incorporar una mesa y sillas junior en la zona de juegos del dormitorio. De esta manera irán aprendiendo rutinas y cogiendo hábitos de estudio.
Al optar por muebles flexibles para su habitación, no os resultará difícil sacar escritorios más altos y formales cuando sea necesario. En ese momento, optad también por sistemas divisorios como estanterías, cortinas e incluso estores que separen cada una de las áreas del propio cuarto y que os ayuden a diferenciar las zonas de estudios de cada uno de vuestros hijos dentro del mismo espacio.
Siguiendo todos estos consejos, conseguir que vuestros hijos disfruten sin peleas de su habitación compartida será mucho más fácil. Aquí tenéis un caso práctico sobre cómo esto se ha conseguido en una habitación para trillizos.