La inteligencia artificial se está extendiendo rápidamente en todas las esferas de nuestra vida, así que era cuestión de tiempo ver parte de sus posibilidades en las redes sociales. TikTok ha sido la aplicación que la ha adoptado en sus filtros y el resultado, como seguramente esperaban, se ha hecho viral. El resultado es tan impresionante, que preocupa los efectos que puede tener en la adolescencia el tener a golpe de pantalla una imagen tan perfecta y a la vez tan alejada de la realidad de nuestro propio rostro.
El filtro se llama "Bold Glamour" y la diferencia abismal con respecto a los que ya existían, es que no notas que se trata de un filtro al ponerte la mano en la cara (en los anteriores las pestañas o los labios gruesos se veían por encima de la mano). Aquí no: es extremadamente real, aunque hay que activarlo de forma manual y al menos TikTok no te lo aplica automáticamente sin tu consentimiento
Un filtro tóxico que logra que tu rostro real te desagrade
El impacto entre una imagen y otra es tanto (y vemos que eso ocurre independientemente de la edad que tengas), que es muy común ver gestos de auténtico desagrado una vez lo desactivan. Si eso le ocurre a una persona adulta, ¿que consecuencia puede tener en la autoestima de una persona adolescente que está en pleno proceso de construcción de su personalidad, y que probablemente puede estar sufriendo, por ejemplo, problemas en su piel derivados de los cambios hormonales tan típicos de esa etapa?
Obviamente, ya se habla de esto. Según un estudio sobre TDC elaborado por la Universidad Católica de Chile, el primer pico del trastorno dismórfico corporal (o TDC) aparece antes de la mayoría de edad, a los 16,4 años. En este apuntan que las redes sociales aumentan y agravan los casos de TDC.
Ese es uno de los motivos por los cuales se han disparado las consultas por parte de personas jóvenes a las consultas de cirujanos plásticos: estar exponiéndote de forma frecuente en redes sociales utilizando una versión "hipermejorada" de ti mismo, hace que te estés comparando continuamente con una imagen que en realidad no existe. El Boston Medical Center lo llama "dismorfia del selfie":
El trastorno dismórfico corporal (TDC) es una preocupación excesiva por un defecto percibido en la apariencia, a menudo caracterizado por personas que hacen todo lo posible, y a veces poco saludable, para ocultar sus imperfecciones. Esto puede incluir comportamientos repetitivos como rascarse la piel y visitar dermatólogos o cirujanos plásticos con la esperanza de cambiar su apariencia. El trastorno afecta a alrededor del 2 por ciento de la población y se clasifica en el espectro obsesivo-compulsivo.
Las selfies filtradas pueden hacer que las personas pierdan el contacto con la realidad, creando la expectativa de que se supone que debemos lucir perfectamente arreglados todo el tiempo. Esto puede ser especialmente dañino para los adolescentes y las personas con TDC.
"No es legal". Vídeo en Tik Tok
En muchos de estos vídeos los propios adolescentes expresan directamente que habilitar este tipo de filtros "no debería ser legal", que no es sano y que esto va a causar estragos en su generación.
Un filtro que continúa fortaleciendo los estereotipos de género
¿Y qué pasa cuando un hombre activa el filtro? Según podemos ver, tiene efectos diferentes para cada persona, categorizando primero si se trata de un hombre o una mujer.
En los hombres en general es muy sutil, con pequeños cambios en sus facciones y en su piel, mientras que en las mujeres es muy exagerado: suaviza la piel, achica la nariz, elimina manchas, arrugas y ojeras, levanta las cejas, define el contorno del rostro y engrosa los labios. Básicamente te brinda una visión en tiempo real de tu rostro después de haber pasado por el quirófano de las celebrities norteamericanas.
¿Qué podemos hacer los padres frente a hiperestímulos como estos?
Aunque esta es una cuestión compleja, hay dos puntos fundamentales que debemos tener en cuenta: la autoestima de una persona se construye y se fortalece desde niño, y no podemos ir en contra de las redes sociales per se.
Como padres, debemos acompañar a nuestro hijo en el proceso de autoconocimiento, en pro de adquirir una imagen de sí mismo (autoimagen) realista, positiva y fuerte (que no sea tan fácil de modificar o influenciar).
Esto puedes hacerlo a través del reforzamiento positivo, de estimular el diálogo, evitando el juzgar y hacerles conscientes siempre de que la vida real no es esa, sino la que está fuera de las pantallas. Está claro que los desafíos a los que nos enfrentamos como padres crecerán a medida que tecnologías como estas avanzan y probablemente esto es solo el principio.