Carter, un niño de 8 años, y Rowdy, un perro labrador, tienen un vínculo muy especial. Ambos tienen una enfermedad autoinmune de la piel llamada vitiligo que da lugar a zonas de la piel con pérdida de pigmento. Esta condición afecta a la vida social de las personas que la padecen, con una gran repercusión en la forma en la que se perciben a sí mismos.
El niño lo estaba pasando muy mal, pero gracias a una donación anónima, Carter y Rowdy se pudieron conocer dando comienzo a una preciosa relación. Ahora su nuevo amigo ayuda al niño a mejorar su autoestima y reconciliarse con su apariencia.
La causa del vitiligo (o leucodemia) es que los melanocitos, las células responsables de la pigmentación de la piel, son destruidos por el sistema inmunológico, dejando así de producir melanina y causando manchas blancas en la piel.
Carter fue diagnosticado con esta enfermedad en 2014 y llegó a decirle a su madre que "odiaba su cara". Fue ahí cuando ella, Stephanie Adcock, conoció en las redes sociales a Rowdy, un labrador negro de 13 años, diagnosticado con la misma enfermedad y otros cuantos achaques debidos a su edad.
Decidió contactar a la dueña del labrador, Niki Umbenhower, quien vive en Oregón. Pero como ellos viven en Arkansas y no tenían fondos para costear el viaje, abrieron una campaña #RoadtoRowdy (Camino hacia Rowdy) para que la gente donara dinero y lograr su cometido.
Hace pocos días recibieron una donación anónima de cinco mil dólares y así la familia pudo viajar y pasar una semana completa con el labrador. El encuentro fue mágico, como si se conocieran de toda la vida. Carter encontró en el labrador a un nuevo amigo que lo ayuda a asimilar su enfermedad con mayor optimismo y seguridad.
Fotos | White Eyed Rowdy
Vía | Allure
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