El cortisol alto te puede enfermar. Estos son los síntomas de alerta en tu cuerpo, según la neurociencia

Aunque no deberíamos normalizarlo, el estrés forma parte de la vida diaria de muchos. De hecho, muchas personas lo experimentan a niveles que pueden ser perjudiciales. Según un estudio reciente del Grupo AXA citado en Infobae, el 62% de los españoles se siente bastante estresado, siendo la cifra más alta en los últimos tres años.

Según el mismo estudio, un 16% de los encuestados reconoce, además, que toma ansiolíticos, somníferos y antidepresivos una vez a la semana (Infocop). Por supuesto, este estrés constante tiene un impacto significativo en el organismo, principalmente a través de la acción del cortisol, conocido como la "hormona del estrés".

Esta hormona juega un papel fundamental en la capacidad del cuerpo para afrontar situaciones desafiantes, y es responsable de ayudarnos a mantenernos alerta, concentrados y con energía durante el día, e incluso fortalecer el sistema inmunológico. Pero, ¿qué ocurre cuando el cortisol es demasiado alto, y cómo saberlo?

Los problemas del cortisol elevado

La neurocientífica Dra. Tara Swart explica que el cortisol es esencial para proporcionarnos ese "empujón" necesario para superar retos. Sin embargo, aunque es beneficioso en momentos puntuales, cuando sus niveles se mantienen elevados durante largos períodos, puede desencadenar una serie de problemas de salud.

El cortisol no es dañino por sí mismo, pero cuando el cuerpo lo produce en exceso de forma continua, sus efectos pueden volverse perjudiciales. Según la Dra. Swart, el estrés crónico que eleva los niveles de cortisol de manera persistente puede afectar negativamente al cerebro, alterando funciones cognitivas como la memoria y el estado de ánimo.

Además, puede aumentar la probabilidad de desarrollar trastornos como la ansiedad y la depresión. El cortisol elevado también tiene consecuencias físicas. La Dra. Swart destaca que una serie de síntomas pueden ser señales de advertencia de que el nivel de cortisol en el cuerpo es demasiado alto.

El estrés crónico que eleva los niveles de cortisol de manera persistente puede afectar negativamente al cerebro, alterando funciones cognitivas como la memoria y el estado de ánimo.

Señales de alerta del cortisol elevado: fíjate en esto

Los siguientes síntomas son indicadores de que el cortisol en tu organismo puede estar fuera de control:

  • Aumento de peso en áreas específicas como la cara, el abdomen y la parte superior de la espalda.
  • Dificultad para dormir, especialmente despertarse durante la madrugada o tener insomnio.
  • Presión arterial alta (hipertensión).
  • Niveles elevados de azúcar en sangre, lo que puede aumentar el riesgo de diabetes.
  • Fatiga constante y falta de energía a lo largo del día.
  • Problemas en la piel, como acné o enrojecimiento.
  • Dificultad para concentrarse y sensación de "niebla mental".
  • Irritabilidad y cambios frecuentes de humor.
  • Ansiedad o depresión  a menudo relacionada con niveles de estrés crónico.
  • Antojos intensos de alimentos azucarados o salados .
  • Disminución del deseo sexual y problemas en la libido.
  • Problemas digestivos, que pueden incluir desde malestar estomacal hasta síndrome del intestino irritable.

Reconocer estos síntomas es clave para tomar medidas y evitar que los niveles de cortisol elevados afecten más gravemente la salud a largo plazo.

Cómo reducir el cortisol: algunas recomendaciones

La Dra. Swart subraya que es más eficaz prevenir el aumento del cortisol que tratar de reducirlo una vez que está elevado. Algunas estrategias simples pueden ayudar a mantener los niveles de cortisol bajo control y proteger tu bienestar físico y mental.

Una de las formas más efectivas de controlar el cortisol es llevar un estilo de vida saludable. Mantenerse hidratado es esencial, ya que la deshidratación puede incrementar esta hormona.

Según la neurocientífica, es más eficaz prevenir el aumento del cortisol que tratar de reducirlo una vez que está elevado.

Además, una dieta equilibrada rica en nutrientes, especialmente en vegetales, es fundamental para regular el cortisol. Evitar el consumo de alcohol y tabaco también es clave, ya que ambas sustancias tienden a aumentar el estrés en el cuerpo.

Otra recomendación importante es no saltarse las comidas. Comer de manera regular, con tres comidas bien equilibradas al día, puede ayudar a estabilizar los niveles de cortisol. De hecho, la falta de alimentos suficientes en el organismo es una causa directa de un aumento en la producción de esta hormona.

Finalmente, incorporar hábitos saludables como realizar ejercicio moderado, practicar técnicas de relajación como la meditación y garantizar un descanso adecuado, también contribuye a mantener el cortisol en niveles normales.

Foto | Portada (Freepik)

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