Hace unos días Cristina Pedroche publicaba en redes sociales una foto en bikini mostrando su cuerpo tres semanas después de dar a luz a su primera hija Laia, junto a David Muñoz.
La fotografía se acompañaba de las siguientes palabras «Tres semanas y dos días de posparto. Aquí no hay suerte ni milagros, hay mucha preparación antes y durante el embarazo. Vida saludable, deporte, comida sana y meditación»
Su publicación ha desatado una oleada de odio proveniente de muchísimas personas y ha generado un gran debate (su nombre se ha buscado más de 17 millones de veces en Google). La han acusado de normalizar un cuerpo que no todas las mujeres tienen, de ser una mujer privilegiada, de que no todo puede atribuirse a la voluntad sino también al dinero, entre otras tantísimas críticas.
Cristina responde a las críticas
Tras la oleada de críticas, Pedroche ha respondido con un comunicado, texto que ha sustituido por el inicial en la fotografía, y que empieza así:
"Es agotador tener que explicar cada cosa que hago, y tener que recibir todo este odio siempre. Y la culpa es mía por compartir nada pero no pensaba que se iba a liar todo esto."
También la escritora Lucía Etxebarría la ha criticado comparándola con el "cuerpo natural" de otra madre a diez semanas del parto, y tachando a la presentadora de rica y privilegiada.
Hora después, Pedroche le respondía directamente con estas palabras:
"El cuerpo de la mujer que muestras es real, de un posparto real. ¿Entiendo que yo me tengo que sentir mal porque el mío no es así? Todos los cuerpos son reales y válidos y todas las mujeres iguales de buenas madres. No me intentéis hacer sentir mala madre a mí por favor."
¿Por qué tanto odio?
Desde Bebés y Más nos gustaría lanzar una reflexión, y es que, que Cristina Pedroche haya expuesto su realidad tras el parto no da derecho a los demás a juzgarla, y menos tan duramente.
Es cierto que no es la realidad postparto de la mayoría de las mujeres, pero cada cuerpo es diferente y además, cada mujer sabe sus circunstancias, su realidad y su contexto, algo único. Existen miles de realidades postparto diferentes y es muy injusto compararnos o juzgar a otras madres. Lo importante es practicar la aceptación de cada una sin compararnos con las demás.
No olvidemos que Cristina está recibiendo mucho odio y que además, lo hace en un estado de vulnerabilidad psicológica como lo es el postparto. Además, resulta irónico que, muchos de los comentarios digan que su post daña la salud mental materna; ¿acaso lincharla a este escarnio público no es hacer lo mismo?
Juzgar el cuerpo de otra mujer, por mucho que haya decidido exponerse (y sin entrar en si su mensaje es más o menos adecuado), es juzgar una maternidad, y esto ni es justo ni es ético. Además, ¿qué aporta? Solo odio y más odio.
Cuidar la salud mental de las madres
Está claro que en las redes sociales es más fácil que se desate odio, y que muchas personas aprovechan esa impunidad, a menudo ocultándose bajo un perfil anónimo para hacerlo. Y es tremendamente injusto y cruel. ¿Esas personas hablarían de la misma forma a una amiga, a una persona conocida, o incluso a una persona desconocida que tienen delante? Pues entonces, ¿por qué lo hacen en redes sociales?
Por otro lado, que Cristina Pedroche sea un personaje público no justifica semejante ola de odio. Claro que podemos estar más o menos de acuerdo en sus palabras, incluso podemos ser críticos y que no nos parezca bien su mensaje. Podemos incluso pensar que es un mensaje reduccionista, y que, evidentemente, no todas las mujeres pueden recuperar la silueta después del parto (porque esto depende de mil factores, y no solo de los que menciona ella).
Además, la prioridad no es recuperar la silueta tras el parto, como se muestra tras las redes sociales. ¡Acabamos de gestar y crear vida! La prioridad debería ser cuidar nuestra salud física y mental y la de nuestro bebé, lo otro es secundario.
Sin embargo, una cosa es discrepar, y la otra es atacarla de esta manera. Reflexionemos sobre esto porque, nadie nos da derecho a hacerlo. Y antes de hacer cualquier tipo de comentario, pensemos, ¿por qué lo hacemos? ¿Con qué misión? Seamos más empáticos y compasivos; quizás no nos sintamos identificadas con Cristina, pero, ni falta que hace. Cada realidad es un mundo, pero respetémonos y sobre todo, cuidemos la salud mental de las madres.