Tras el revuelo formado por las imágenes del diestro toreando una vaquilla con su hija en brazos, el defensor del menor decidió poner el caso en manos de la fiscalía y que esta decidiera si había o no que tomar cartas en el asunto.
Hoy a la salida del juzgado, donde estuvo prestando declaración ante el fiscal y tras conocerse que este no va a tomar medidas contra el diestro, Fran Rivera siguió insistiendo: "mi hija no corrió ningún riesgo" y no sólo eso, sino que el torero sigue sin entender por qué el fiscal se ha preocupado por su hija habiendo como hay tantos otros casos más urgentes y dolorosos.
No negaremos que hay casos más graves que el suyo
Efectivamente pienso como el diestro (y debe ser en lo único que coincidamos) en que hay casos mucho más graves que el de su hija, eso es muy cierto. Tenemos casos de maltrato infantil para colapsar varios juzgados (y de hecho, lo están) tenemos también muchos menores en situación de indefensión, niños que no van al colegio y otros muchos que no tienen casi nada que llevarse a la boca.
Pero el defensor del menor y la fiscalía no están solo para estos casos extremos, sino para cualquier otro caso en el que un menor corra peligro y aquí está, creo yo, la esencia de todo. No obstante llama la atención lo rápido que ha actuado en este caso frente a otros casos más sangrantes. Lo que tampoco es escusa para casi rayar el desacato con su actitud, frases del tipo "Usted no sirve para nada. Ocúpese de verdad de menores que lo necesiten" no son el mejor ejemplo que darle a un hijo ni a los jóvenes que le consideran (inexplicablemente) una figura a seguir.
Lo que el señor Rivera no ve o no entiende es la exposición innecesaria al peligro
Dice que su hija corre más peligro en la mochila cuando va por la calle o cuando bajamos las escaleras con un bebé en brazos o cuando cocinamos con él, etc. No dudo de la experiencia del señor Rivera matando toros de diferentes tamaños y colores, en multitud de plazas y escenarios (el afirma que ha toreado más de 1500 corridas y yo no lo niego), afirma también que la becerra es perfectamente previsible y yo, desde mi desconocimiento del mundo becerril más allá del chuletón a la brasa o una ternera a la jardinera pregunto: ¿ningún matador de toros "profesional" ha sufrido alguna cogida, golpe o susto, llámenlo como quieran, al torear una vaquilla? ¿Ninguno? ¿Jamás?
Señor Rivera, usted confunde la exposición a un peligro de forma inevitable, como puede ser bajar escaleras o caminar por la calle con su bebé, que pueden suceder accidentes y que por desgracia suceden, pero son simplemente eso, algo inevitable, cosas que pasan. Si usted tropieza o la niña se desequilibra, ¿a nadie se le ha desequilibrado su hijo cuando lo llevaba en brazos y se ha llevado un susto? Como decía, si tropieza y cae al suelo estaríamos en el mismo caso que si le pasara en la calle, la diferencia es que los transeúntes probablemente se pararan a ayudar y un animal herido probablemente haga lo que le dicte su naturaleza que muy probablemente no será ayudarle a levantarse del suelo.
La eterna controversia entre arte, tortura y fiestas populares
Se también que esto va a ser algo que tampoco entenderá señor Rivera, pero lo que para usted es arte, un boceto en una libreta, una tradición familiar, para otros es enseñar a tu hijo a torturar a un animal.
No se preocupe por ese punto, pues ahí el fiscal tampoco le va a tocar porque lo gracioso de este país es que yo no puedo entrar con un menor, ni siquiera un recién nacido, en un sexshop o en una sala de máquinas recreativas pero si me lo puedo llevar a ver como lanzan una cabra de un campanario, le clavan unas cuantas banderillas a un toro o le prenden fuego a sus astas, eso parece ser que es muchísimo menos peligroso para el bebé que el que a su padre le salgan tres cerezas en línea.
Ojalá algún día exista un poco de sentido común en el mundo del arte y revisemos el concepto que tenemos como tal.
En Bebés y Más | El Defensor del Menor de Andalucía se pronuncia sobre la foto de Francisco Rivera toreando con su hija en brazos, El Partido Animalista lanza una campaña en respuesta a la polémica foto de Fran Rivera