El sexismo en Francia avanza y los datos son alarmantes. Cinco años después del movimiento #MeToo, el Alto Consejo para la Igualdad (HCE) ha publicado el Informe anual 2023 sobre la situación sexismo en Francia, que anuncia que la sociedad francesa sigue siendo muy sexista en todos sus ámbitos. Las más afectadas son las mujeres más jóvenes.
El informe ha sido elaborado a partir de una encuesta realizada a 2.500 franceses, hombres y mujeres mayores de 15 años, y concluye que las mujeres siguen siendo tratadas de manera desigual en comparación con los hombres, y siguen siendo víctimas de actos y comentarios sexistas en proporciones significativas.
"El sexismo no está retrocediendo en Francia. Al contrario, algunas de sus manifestaciones más violentas están empeorando y las generaciones jóvenes son las más afectadas".
La encuesta también detectó una "reacción violenta" masculina en la sociedad francesa al movimiento #MeToo, con "ataques machistas" en las redes sociales que buscan "reducir a las mujeres para silenciarlas o desacreditarlas".
Sexismo pero, ¿"solo" en la práctica?
Lo que también es alarmante es la incoherencia entre lo que dicen creer los encuestados y lo que hacen realmente en la práctica; así, aunque la mayoría de encuestados lamentan el sexismo en principio, "no lo rechazan en la práctica".
Los datos avalan esta afirmación; el 93% de los encuestados cree que mujeres y hombres no experimentan el mismo trato en al menos una de las esferas de la sociedad.
Sin embargo, el 20% de los hombres de entre 25 y 34 años encuestados afirmó que alardear de sus hazañas sexuales era necesario para "ser respetado como hombre en la sociedad", y un 23% justificó la violencia "para hacerse respetar". Además, un 80 % de las encuestadas siente haber sido peor tratadas por su sexo (frente a un 37 % de los hombres).
Las mujeres jóvenes creen que "es más difícil ser mujer"
Por otro lado, existe un consenso en los encuestados respecto a la idea de que es más difícil ser mujer que hombre en la sociedad actual; el 55% considera que es difícil ser mujer, frente al 20% que considera difícil ser hombre.
Pero esta observación es aún más ampliamente compartida por mujeres jóvenes de 15 a 24 años, ya que 4 de cada 5 mujeres lo afirma.
Celos, control y violencia
A esta falta de coherencia entre lo que dicen y lo que hacen (que denota falta de conciencia) se le suma la brutal violencia que reciben las mujeres en todas las esferas, y la normalización que hacen los hombres de este tipo de comportamientos. Y es que, según el informe, muchos jóvenes consideran aceptables los comportamientos discriminatorios o violentos contra las mujeres.
Como forma de violencia encontramos conductas como el control o los celos en el seno de las relaciones afectivas. Y estas se evidencian también en los encuestados, pero una vez más, sobre todo entre los más jóvenes (aunque no en todos los ítems).
Un 37 % de las mujeres encuestadas afirman haber vivido una relación sexual no consentida, y un 33% de las mujeres encuestadas ha tenido relaciones sexuales por insistencia de su pareja.
En el terreno de los celos y el control encontramos que, entre las mujeres de 18 a 24 años encuestadas, el 22% dijo haber sufrido “control psicológico o celos excesivos” por parte de una pareja, y el 15% había sido golpeada por su pareja o expareja. Esto aumentó al 20% entre las mujeres de 50 a 64 años.
Finalmente, otro dato alarmante: el 14 % de las mujeres declaran haber sido agredidas sexualmente o violadas (22% entre las mujeres de 18 a 24 años).
Hombres mayores y jóvenes: ¿hay diferencias?
Si analizamos cómo se manifiesta el sexismo entre jóvenes y hombres mayores, encontramos, según más datos del informe, que los hombres mayores siguen anclados en opiniones conservadoras sobre los papeles "masculino" y "femenino" en la sociedad, y los más jóvenes muestran tendencias machistas agresivas.
En relación a ello encontramos, por ejemplo, que la mayoría de los hombres mayores de 65 años juzgaron que la imagen de la mujer en la pornografía era "problemática", pero sólo el 48% de los hombres entre 15 y 34 años pensó lo mismo.
El sexismo existe en todas las edades, pero que los datos sean los que son incluso entre los más jóvenes (que son el futuro; muchas veces esperamos que los jóvenes tengan una mente más abierta) preocupa, y mucho.
Y en España, ¿qué?
En España la situación no varía mucho de Francia. Según datos extraídos de ElDiario, 1.182 agresores machistas han asesinado a sus parejas o exparejas desde el año 2003 en España, donde 49 mujeres fueron asesinadas en 2022.
Concretamente, fuera del ámbito de la pareja o expareja, 19 mujeres fueron asesinadas en el primer semestre de 2022, y en Canarias, son 101 las asesinadas desde 2003.
Machismo en la teoría y en la práctica
Pero los asesinatos son la brutal consecuencia, final, de un tejido machista que se enraiza en las capas más profundas de la sociedad, y que tiene que ver con las creencias, mensajes y actitudes machistas (que provienen, sobre todo, de los más jóvenes).
En este sentido, sabemos que los mensajes machistas se expanden cada vez más entre los adolescentes y hombres jóvenes, que lanzan mensajes misóginos en foros machistas y en las redes en general.
A estas conclusiones llegó el Barómetro Juventud y Género 2021, elaborado por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Joventud y la Fundación Fad Juventud (FAD). También encontraron que uno de cada cinco jóvenes varones entrevistados comprendidos entre las edades 15 a 29 años considera que la violencia de género no existe y que se trata de un “invento ideológico”.
Esto no hace más que evidenciar la falta de conciencia social que existe en torno a este tema, y lo que es más alarmante, entre los más jóvenes.
De esta forma, como en el caso de Francia, en España los jóvenes niegan, normalizan e invisibilizan la realidad del machismo; de hecho, según datos del mismo informe, el porcentaje de chicos que considera la violencia de género como un problema importante ha caído del 54.2% en 2017 al 50.4% en 2021.
Así, el machismo se expande como la pólvora dentro y fuera de las redes sociales. Lo que resulta evidente es que las cosas tienen que cambiar, no solo en Francia o España, sino en todo mundo. El machismo es una lacra a erradicar que sin educación, conciencia y herramientas políticas y sociales, es muy difícil de diluir.
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