Aunque hemos visto que las embarazadas no tienen mayor riesgo que el resto de la población ante el coronavirus, hoy hablamos de una historia excepcional y con triste final que nos trae la pandemia. La de una madre que dió a luz a su bebé, pero no pudo conocerlo al fallecer tres semanas después a causa del Covid.
Es la de Erika Becerra, una mujer de 33 años que estaba embarazada de ocho meses, y quien a pesar de tomar todos los recaudos necesarios para evitarlo, contrajo el Covid en pleno pico de contagios en los Estados Unidos.
Al presentar complicaciones respiratorias, la embarazada, que según la familia no tenía patologías previas, tuvo que ser ingresada en un hospital de Detroit, Michigan.
Días después, al ver que su estado de salud empeoraba, los médicos decidieron inducirle el parto para que diera a luz a su bebé, Diego, quien nació perfectamente sano.
Inmediatamente tras el parto, debido al agravamiento de su estado de salud, Erika fue intubada y aislada del bebé para prevenir cualquier contagio. Permaneció conectada a un respirador durante 18 días luchando por su vida, hasta que lamentablemente el virus venció.
Falleció el 3 de diciembre, la semana más letal por coronavirus desde abril en ese país, y nunca tuvo la oportunidad de abrazar a su hijo recién nacido.
Tenía además una hija de un año y su marido declaró a KCAL que comparte la historia de su mujer como ella hubiera querido, con la esperanza de ayudar a que los demás puedan comprender la ira del virus.
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