Las mujeres que toman la decisión de abortar pueden hacerlo por razones muy diversas, desde malformaciones del feto o embarazos no deseados fruto de una violación a otras circunstancias menos impactantes pero que igualmente hacen el embarazo no deseado.
En la mayoría de los casos, la interrupción del embarazo es un hecho traumático, lo cual no quita para que la mujer que la sufre deba estar plenamente informada de cuál va a ser el procedimiento y todo lo que ello implica. Pero, ¿qué sentido tiene que la mujer escuche el corazón del embrión o del feto?
El gobernador de Texas, Rick Perry, tiene sobre su mesa la decisión de promulgar una propuesta de ley aprobada por el Congreso estatal que exige que las mujeres que vayan a abortar se sometan a ultrasonidos y escuchen el corazón del feto 24 horas antes del procedimiento.
Por supuesto, tal decisión ha reavivado el debate en la sociedad, y muchas asociaciones han anunciado manifestaciones en contra de la medida, que no admite excepciones ni en cuanto a los médicos que no quieran aplicarla (se les retirará la licencia) ni en cuanto a los motivos del aborto.
Incluso, las mujeres que han sufrido una violación estarían obligadas a escuchar el latido del corazón. ¿Sería esto así también cuando se sabe que el feto no sobreviviría al nacer? Me parece cuanto menos sádico.
El cinismo con que el autor de la proposición de ley, el republicano Sid Miller, explicó lo que deberían hacer las mujeres que no quieran escuchar el latido me parece digno de lástima: si las mujeres que van a abortar no quieren ver los resultados del “sonograma" pueden mirar para otro lado o utilizar auriculares para evitar escuchar el latido del corazón.
Yo no creo que las mujeres que deciden abortar no sean consciente de que hay una vida desarrollándose en su interior. Creo que el hecho de que escuchen el corazón que propugna el estado de Texas no obedece a un afán informativo (esto se puede hacer de muchas otras maneras) sino de coacción, que por otro lado me parece de dudosa “efectividad”.
No creo que el sector de la sociedad que está en contra de esta media sea, como se ha dicho desde la otra parte, porque tienen miedo del efecto que escuchar el corazón puede tener en la decisión de “asesinar” al feto (un “asesinato”, por cierto, que conllevaría pena de muerte en Texas).
Creo que la oposición más bien deriva del hecho de que se trata una intromisión en la decisión informada que la mayoría de mujeres toma, sin pararse a pensar en que no es plato de buen gusto, que sufren y que puede tener consecuencias psicológicas para dichas mujeres.
La mayoría de mujeres que deciden abortar están convencidas de ello, y aunque las razones como decimos pueden ser muy variadas y habrá quien considere que todas, algunas o ninguna son válidas, medidas como esta (igual que algunas medidas de ayuda económica que hemos comentado) no contribuirán a bajar las cifras del aborto.
Que se tomen otras medidas educativas, de planificación, informativas, pero que Texas proponga que las mujeres escuchen el corazón del embrión o del feto antes de abortar no me parece una medida acertada para frenar el aborto. ¿Qué será lo próximo, obligar a ver el aborto en directo en una gran pantalla?
Vía | El Mundo
Foto | Stephen Cummings en Flickr-CC
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