Tuve una relación tóxica pero he aprendido a respetarme. Estos son los cinco errores que he jurado no volver a cometer

Tuve una relación tóxica pero he aprendido a respetarme. Estos son los cinco errores que he jurado no volver a cometer
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Nadie nace sabiendo todo de la vida: los errores son una parte natural de ir creciendo y madurando. Pero hay ocasiones en las que esos errores nos llevan a estar en situaciones poco saludables, como una relación tóxica.

Desafortunadamente este fue mi caso y hace algunos años tuve una relación de pareja con una persona narcisista, donde viví cosas que no le desearía a nadie. Pero mi forma de pensar me ha hecho darme cuenta que, si bien no fueron experiencias agradables, fue algo que me mostró la importancia de respetarme y me enseñó a identificar las cosas que nunca volveré a permitir ni hacer.

Ignorar las red flags y otras señales

A menudo las relaciones tóxicas muestran señales de alerta desde el principio, pero por diversos motivos podemos ignorarlas (consciente o inconscientemente) o elegir minimizarlas, especialmente si previamente hemos tenido dificultades para encontrar pareja.

Sin embargo, es importante estar atentos a esas señales, que nos avisan de pequeñas cosas que eventualmente pueden convertirse en algo más grande o derivar en problemas y comportamientos no saludables.

Permitir comportamientos irrespetuosos

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Foto | Rdne Stock Project en Pexels

Esto está relacionado con el punto anterior, pero puede suceder tanto al inicio de la relación como aparecer cuando ya llevamos tiempo con nuestra pareja. Dejar que haya comportamientos irrespetuosos es algo común en relaciones tóxicas y que puede ser de una persona a otra o incluso mutuamente.

En una relación saludable el respeto mutuo es un clave y esencial, por lo que no debemos aceptar comportamientos que lo violen, ni permitir conductas que puedan afectarnos física o emocionalmente o que dañen nuestra autoestima y confianza.

Olvidarme de mí

No digo que esté mal poner a la pareja dentro de los primeros lugares de nuestra lista de prioridades, pero lo que sí está mal y es un comportamiento típico de una relación poco saludable es cuando ponemos las necesidades de la otra por delante de las propias.

Por más que amemos a nuestra pareja, es importante no descuidarnos ni perder nuestra identidad y tener claro qué es lo que queremos. Aprender a establecer límites y mantener el autocuidado y el amor propio como una prioridad es crucial para encontar y tener una relación saludable.

Minimizar el maltrato

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Foto | Mart Production en Pexels

Cuando estamos en una relación tóxica, es común que caigamos en el error de justificar o minimizar el maltrato. Pero hay que tener esto muy claro: el maltrato, sea físico, psicológico, económico o emocional, jamás debe ser tolerado.

Cosas como la intimidación, la indiferencia, el menosprecio y la culpabilización o manipulación también son maltrato. No cometamos el error de normalizar comportamientos dañinos solo porque "no es para tanto". No hay justificación válida para el maltrato.

Aislarme de los demás

Es normal que al estar en una relación nuestras rutinas cambien y tendamos a pasar más tiempo con la pareja y menos con amigos o familiares, pero como todo en la vida, esto debe tener un límite.

Muchas relaciones tóxicas se caracterizan por comportamientos negativos que terminan aislándonos de otros casi sin darnos cuenta. Por ello, es importante reconocer la importancia de mantener conexiones fuera de la relación romántica, tanto con amigos como con familia, que además de mejorar nuestra vida son cruciales para tener un sistema de apoyo sólido y saludable.

Foto de portada | Anete Lusina en Pexels

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