Usar palabras complejas no te hará parecer más inteligente. Pero los trucos de este experto en comunicación de Stanford, sí

Probablemente, a muchos nos interesa causar una buena impresión, especialmente en situaciones donde sabemos que seremos evaluados, como una entrevista de trabajo o una conversación con alguna persona en el ámbito laboral.

Hay ocasiones, en las que además de dejar una buena impresión, queremos parecer personas seguras de sí mismas, interesantes e inteligentes que usan palabras complejas. Creemos que así causaremos mayor impacto, pero usar un lenguaje complicado no es lo ideal, e incluso podría provocar el efecto contrario, según un experto en comunicación.

Matt Abrahams, profesor de comunicación de la escuela de negocios de la universidad de Stanford, comparte dos trucos que nos ayudarán a parecer más inteligentes al conversar con los demás. Son muy fáciles y te ayudarán a dejar una mejor impresión.

1) La complejidad no equivale a confianza

Foto | Pavel Danilyuk en Pexels

Cuando usamos palabras complejas al escribir o hablar, podemos sentirnos más inteligentes, ya que reflejan la amplitud de nuestro vocabulario. Sin embargo, el experto menciona que esto no es lo que transmitimos a los demás cuando las utilizamos: "Si estás intentando hablar de cosas comunes, realmente debes expresarlas de una manera que la gente pueda entenderlas".

Cuando usamos palabras poco habituales, estamos haciendo más complicado el mensaje a comunicar, interfiriendo en lo que estamos intentando decir al otro e incluso haciéndonos ver como alguien que está exagerando o pretende ser lo que no es.

"Es mejor ser conversacional", explica Abrahams, quien señala que aunque hay momentos puntuales en los que sí es necesario usar palabras complejas, usar un lenguaje accesible y que no esté lleno de jerga o acrónimos complicados nos hará parecer más inteligentes.

Y si la explicación de él no te convence, te compartimos los resultados de un estudio de la misma universidad, en la que se le pidió a los estudiantes responder a diferentes muestras de escritura. Resultó que los escritores que usaban fuentes llamativas y palabras grandilocuentes innecesariamente eran percibidos como menos inteligentes que aquellos que usaban palabras simples con texto sencillo.

2) Lento y seguro es mejor

Foto | Jason Goodman en Unsplash

El experto en comunicación señala otro truco para ayudarnos a parecer más inteligentes: la velocidad y la entonación que damos a nuestras palabras. Si hablamos muy rápido, podemos transmitir a los demás una imagen de nerviosismo o de brusquedad. Y ninguna de las dos es favorecedora.

"Hablar más lentamente contribuye a la percepción de reflexión, enfoque y preocupación genuina", explica el profesor, pero recuerda que tampoco debemos ser exageradamente lentos al hablar, porque podríamos quedar como condescencientes.

En sus clases, él menciona tres puntos clave para encontrar el ritmo adecuado para hablar más despacio, sin caer en el error de exagerarlo:

  1. Respira más bajo y más lento. "Cuanto más rápido respires, más rápido hablarás", dice Abrahams. "Tu voz es un instrumento de viento".
  2. Sincroniza tu voz con tus gestos. Intenta hacer gestos con las manos o camina más despacio mientras hablas. "Cualquiera que hable rápido también hace gestos rápido. La mayoría de las personas sincronizan eso", dice Abrahams. "Si hablas rápido, trata de hacer gestos más amplios".
  3. Usa tu imaginación. Imagina que estás hablando con personas que hablan tu idioma con fluidez, pero que no son hablantes nativos. "Tendemos a hablar más despacio cuando hablamos con personas que no son hablantes nativos, casi instintivamente", señala Abrahams.

Foto de portada | George Milton en Pexels

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