En casi cualquier aspecto de la vida se suele decir que "la experiencia es un grado", y en el caso de dar a luz por cesárea creo que también aplicaría. Obviamente, siempre hay que tener en cuenta las circunstancias que rodean a esta operación y que pueden ser muy diferentes cada vez, pero en líneas generales diría que la segunda recuperación de la cesárea es mucho más llevadera y rápida que la primera.
Como madre que ha dado a luz por cesárea en tres ocasiones, te comparto cuál ha sido mi experiencia y qué diferencias he encontrado entre la primera, segunda y tercera recuperación.
La recuperación tras mi primera cesárea fue muy dolorosa y lenta
Supe que daría a luz por cesárea hacia la mitad del tercer trimestre de mi primer embarazo. Mi bebé se encontraba de nalgas, y debido a una malformación uterina que tengo, mi ginecólogo no me recomendó la versión cefálica externa, por lo que solo cabía esperar a que mi hijo se diera la vuelta por sí mismo ayudándole desde fuera con otros métodos que en mi caso, no resultaron efectivos.
Por este motivo que tuve tiempo para leer sobre cesáreas, preguntar a otras madres que habían pasado por lo mismo, y prepararme física y mentalmente para afrontar el momento de la mejor forma posible. Aún así, vivir la experiencia en primera persona no tuvo nada que ver con lo que imaginaba, y la recuperación se me hizo muy cuesta arriba.
Además, hasta ese momento jamás había tenido que pasar por quirófano, por lo que desconocía completamente lo que podía implicar un postoperatorio de semejante envergadura. Todo ello unido a la inexperiencia como madre primeriza y a problemas iniciales de lactancia y de salud en mi bebé hicieron que el postoperatorio de mi primera cesárea fuera muy lento y doloroso.
Uno de los principales fallos que cometí, y que creo que sin duda interfirió en mi recuperación, fue no moverme. Tenía tanto miedo al dolor que prefería estar tumbada o sentada el mayor tiempo posible, y aunque no es recomendable excederse con la actividad, sí que es aconsejable pasear y moverse con el fin de favorecer la eliminación de gases, la circulación sanguínea, eliminar la retención de líquidos y contribuir a una pronta recuperación.
La recuperación de la segunda cesárea fue mucho más fácil
En cambio, la recuperación de mi segunda cesárea fue muchísimo más rápida y llevadera, aunque no menos dolorosa. El dolor del posoperatorio es el mismo - al menos en mi caso - , pero la forma de afrontar la recuperación cuando ya se tiene experiencia contribuye de forma muy positiva.
Así pues, desde el primer momento supe lo importante que era caminar, cuidar la alimentación postparto para evitar gases y estreñimiento que añadieran más molestias, así como recurrir a otro tipo de medicación que me ayudaran a combatir el dolor.
Y digo esto porque la primera vez apenas tomé ningún medicamento por desconocimiento y miedo a que pudiera interferir en la lactancia de mi bebé. Pero en esa segunda ocasión, la web de e-lactancia y el apoyo de mi médico formado en lactancia materna fueron de gran ayuda.
La tercera cesárea y los dichosos entuertos
Cuando me enfrenté a mi tercera cesárea, ilusa de mí pensé que sería "coser y cantar" (y nunca mejor dicho), pero no exagero si digo que las dos primeras noches tras la operación fueron las peores de mi vida, y no precisamente por los dolores de la intervención.
Y es que en mi tercer postparto hicieron acto de presencia los dolorosos entuertos, algo que no había experimentado en los dos postpartos anteriores y que me dejaron totalmente extenuada.
Los entuertos son contracciones uterinas que tienen lugar tras el parto y que ayudan a la involución del útero. Normalmente, la mujer no suele percibirlos tras un primer parto, pero a medida que aumenta el número de hijos aumenta también la frecuencia de los entuertos, pudiendo llegar a ser muy dolorosos en las primeras 24-48 horas de vida.
Así que al dolor de la operación en sí se sumaron los terribles entuertos, una anemia severa que requirió de hierro intravenoso durante varios días y tres hijos de los que ocuparnos, dos de ellos bebés. Quizá todo ello contribuyó a que la tercera recuperación de la cesárea fuera, en mi caso, la peor de todas.
Así pues, en líneas generales sí creo que si bien el dolor del postoperatorio de la cesárea es más o menos similar todas las veces, la recuperación es más fácil y llevadera cuando ya se tiene experiencia, aunque lógicamente pueden influir otros muchos factores.
En cualquier caso, es importante tener muy claro que la cesárea es una cirugía que solo debe realizarse por causas médicas justificadas. Además, en el caso de que la mujer conozca con antelación que va a dar a luz mediante cesárea, recomiendo que se informe previamente sobre cómo afrontar la recuperación de la mejor forma posible.
Si tú también has pasado por varias cesáreas, ¿cómo han sido tus experiencias con la recuperación de cada una de ellas?
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