La Asociación Española de Pediatría ha elaborado un documento con recomendaciones de actividad física para menores de edad entre cinco y 17 años, en general se trata de ampliar la línea que ya comentábamos hace unos días: procurar que los niños desarrollen una hora diaria de ejercicio de cualquier tipo (incluyendo jugar). El objetivo es mejorar las tasas de sedentarismo en la infancia (12 por ciento, que pasa a ser 45 % a partir de los 15 años), que pueden estar asociados a problemas como la obesidad.
Las recomendaciones se han elaborado para ser dirigidas a profesionales de la salud, y titulados en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, por ser colectivos responsables de implantar e instaurar hábitos saludables de actividad física. Se especifica que los consejos deben estar adaptados a la condición física, edad y sexo del individuo, y ha de tenerse en cuenta determinantes socioculturales y preferencias individuales.
Creo que pude ser necesaria una planificación cuando se trata de gestionar la Educación Física dentro del curriculum escolar, o cuando los niños practiquen deporte de forma reglada, aunque no siempre se necesita de la mediación de un profesional (por ejemplo los niños pueden correr jugando, o caminar por la montaña con sus padres, o realizar rutas en bici, sin tener que ser asesorados).
Estos consejos los tenéis en el documento, recomiendo leerlo completo para completar:
Se recomienda la realización de actividad física moderada o vigorosa durante un mínimo de 60 minutos diarios, pudiendo repartirse en dos o más sesiones, en su mayor parte aeróbica e intercalando actividades vigorosas para el fortalecimiento muscular y óseo tres veces a la semana.
Es necesario evitar conscientemente el sedentarismo. Cualquier tipo de actividad cotidiana es mejor opción que permanecer sedentario.
Es recomendable caminar, utilizar la bicicleta y subir por las escaleras en lugar de utilizar medios de transporte, ascensores y escaleras mecánicas. Es recomendable potenciar el desplazamiento al centro educativo andando o en bicicleta
El desarrollo de la actividad y ejercicio físico será un momento de diversión y juego. Son preferibles las actividades en grupo, divertidas y al aire libre que permitirán un refuerzo positivo, consiguiendo que se mantengan como “hábito divertido" y se incorporen a lo cotidiano con más facilidad que los “hábitos saludables" impuestos y muy sacrificados para los niños.
Se debe asegurar que el entorno físico en el que se practique una actividad sea adecuado y sin peligros, cumpliendo con normas básicas de seguridad para practicar ciertos deportes.
La actividad física se recomienda en cualquier condición de salud. No solamente la debe practicar el niño sano. La práctica habitual de actividad física ha mostrado innumerables beneficios, adaptada a cada situación o enfermedad.
A la hora de hacer deporte, hay que asegurar el aporte de líquidos, sobre todo cuando la actividad es intensa y el ambiente caluroso. Es conveniente hidratarse antes, durante y después del ejercicio físico, ya que cualquier ejercicio, aunque sea moderado, produce la eliminación de cierta cantidad de agua y sales minerales. De esta forma evitamos el riesgo metabólico.
El entorno ambiental y social nos invita al sedentarismo y nos aleja de las actividades aeróbicas en espacios abiertos. Existen pocas áreas de juego en las ciudades y falta de facilidades en los centros escolares para la práctica de actividad física.
Además de ello, no me cansaré de repetir que los horarios, las prisas, la presión a la que sometemos a los niños para cumplir con actividades extracurriculares… no facilitan la realización de actividad física de forma natural. Probablemente sin estos condicionantes, y según la época del año, los niños puede que hicieran más de una hora diaria de ejercicio.
Imagen | Anthony Crider Más información | AEPED En Peques y Más | Nuevo cuaderno FAROS: los beneficios del ejercicio físico en la salud integral del niño