Alergia al polen y gramíneas en los niños: síntomas y tratamiento

El polen de gramíneas es considerado como el principal causante de trastornos alérgicos en Europa. Estas plantas herbáceas, ocupan un 20% de la superficie vegetal del mundo, son la fuente de alimentación animal básica (los pastos están formados casi íntegramente por gramíneas) y forman parte de la nutrición humana: el arroz, el maíz, el trigo, la cebada, el centeno, la caña de azúcar, etc.

Este tipo de polen tiene un tamaño que le permite una penetración bastante profunda en las vías respiratorias, con forma esférica y de superficie granulada. Existe una reactividad cruzada muy alta, entre los pólenes de diferentes géneros de gramíneas, esto significa, que cuando un paciente se hace alérgico a uno de ellos, será también alérgico, a la mayoría de los otros pólenes de esta familia.

En lo que se refiere a la polinización estacional, hay una gran influencia de las lluvias, por ello, cuando llueve mucho en un periodo que va de octubre a marzo tiene como consecuencia que la primavera se muestre con una alta concentración de polen. Hay gramíneas en el ambiente unos seis o diez meses al año, pero la mayor aglomeración se da en los meses de abril, mayo y junio y con la llegada de altas temperaturas disminuye.

Los principales síntomas de la alergia son: conjuntivitis( que incluye lagrimeo, picor de ojos, coloración rojiza de la conjuntiva, hinchazón y sensación de arenilla en los ojos), rinitis (picor nasal, mucosidad abundante, estornudos y obstrucción de la nariz), asma (tos, pitidos en el pecho, expectoración, fatiga), urticaria. También se acompaña en muchas ocasiones de períodos de fatiga y cansancio.

Algunos consejos básicos que nos dan los alergólogos son: evitar salir a primera hora de la mañana o última de la tarde y ello porque es cuando el polen tiende a depositarse en tierra. Mantener las ventanas de la casa y del coche cerradas, evitar secar la ropa al aire libre porque se impregnará de polen, pasar el aspirador al menos una vez por semana, no salir cuando sopla el viento, ducharnos antes de dormir para eliminar el polen de pelo y piel y si somos muy reactivos al polen salir a la calle con mascarilla. En cualquier caso es fundamental seguir las indicaciones de los especialistas.

Lo más sensato, es acudir al alergólogo que valorará como nos afecta, nos hará un diagnóstico y nos dará un tratamiento específico adaptado a cada paciente, lo que conllevará una mejora importante, que nos permitirá evitar el agravamiento de los síntomas y sobre todo aliviar las alergias.

Más información | Ministerio de Sanidad – alergia
Más información | Niveles de polen – Comunidad de Madrid
Imagen | Richard Schatzberger

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