El verano es junto con la Navidad, la época más apropiada para permitir que nuestros hijos participen en la elaboración de los alimentos, y preparar esos platos nuevos que nunca tenemos tiempo de hacer.
Los niños desarrollan un interés natural por la cocina, y no es para menos, puesto que es el lugar dónde las materias primas se transforman de forma casi mágica. Además la experiencia es muy educativa para ellos.
Porque ¿sabéis?, cuando los niños también se meten en la cocina conocen el origen de los alimentos, así como sus cualidades y propiedades (y esto les permitirá decidir sobre su alimentación en el futuro), también descubren las virtudes de los productos de temporada, y las nociones básicas de la alimentación saludable. Pero también practican matemáticas (al pesar, por ejemplo) y física (al comprobar las reacciones de los ingredientes al ser mezclados); aprenden a escoger los instrumentos que necesitan en cada momento, y llegan a saber cuándo se debe meter un plato en el horno, o cómo se aliña una ensalada.
Para muchos padres, y teniendo en cuenta que a veces vamos un poco acelerados, tener a los niños sentados en el banco de la cocina, o en la mesa mientras rayan tomate para el gazpacho, es una oportunidad para hablar sobre nuestras cosas, y las de ellos, y compartir los asuntos que más nos interesan a todos
¿Tienes dudas sobre cómo implicar a los niños en la cocina?
En Peques y Más, hemos hablado anteriormente sobre las ventajas de cocinar con niños y su implicación en la preparación de alimentos. A mí me gustaría incidir sobre dos aspectos que pueden frenar la participación de nuestros hijos en la elaboración de alimentos.
Cocinar con seguridad
De acuerdo, esto es esencial, pero no es conveniente restringir completamente la utilización de instrumentos de ‘peligrosidad controlada’ siempre que estemos presentes (o incluso que les ayudemos), y dependiendo de su edad, capacidades, o habilidades.
Por ejemplo, quizás no dejes que tu hijo de tres años coja uno de esos cuchillos de verdura grandes, que el mediano (seis) bata claras con la batidora de varillas eléctrica, o que el mayor (10) abra el horno caliente tras la cocción del bizcocho.
Pero no olvides que los niños crecen y sus habilidades se desarrollan. La cocina es un laboratorio de experiencias, Y de la misma forma que no es posible acertar con las proporciones de ingredientes si uno no prueba muchas veces, tampoco se pueden interiorizar los consejos de seguridad si no les permitimos participar activamente.
Mis hijos cortan (según la edad les he dejado diferentes tipos de cuchillos) alimentos, amasan, pesan, remueven, utilizan la batidora, sacan sus libros de recetas… Siempre estoy yo presente, aunque no siempre tengo la necesidad de dirigirles.
Y para mí también es importante incidir en otros consejos de seguridad (a veces no tan obvios) como que para enchufar un electrodoméstico uno no puede estar descalzo, o que si quieren alcanzar un producto de un estante alto y utilizan el propio mueble como escalera, este les podría caer encima por el peso y hacerles daño.
Eso sí: no es buena idea que lo niños se queden solos en la cocina… cocinando. De la misma forma que no debemos vigilar el entorno mientras hay ollas o sartenes calientes en la primera línea de fogones, o el horno está recién abierto después de utilizarlo.
En la cocina los niños adquieren destrezas difíciles de conseguir en otros ámbitos, además al conseguir pequeñas metas su autoestima se refuerza. Si aprenden a preparar alimentos con ingredientes básicos, es posible que no tengan que recurrir a platos precocinados y a cocina rápida cuando sean mayores, así también se potencia la alimentación saludable y equilibrada
Desarrollar plenamente sus intereses
A veces por falta de tiempo o desconfianza hacia nuestros hijos, inhibimos (ya sé que sin mala intención) sus iniciativas, sus ideas, su curiosidad. Date unos minutos para maravillarte con lo que aportan los niños, y dales la oportunidad de explicarte por qué quieren preparar para la cena esa receta que se les acaba de ocurrir.
¿Qué crees que pierdes si les haces caso?, quizás no os guste el contraste de sabores resultante, pero con su ilusión y tu intuición culinaria, lo más probable es que todos os sorprendáis gratamente.
Cocinar con los niños en verano
Huelga decir que en la temporada estival debemos priorizar los productos de temporada, y los platos frescos y ligeros. A todos nos apetece más una ensalada que un guiso, un puré frío que un plato de legumbres.
Aún así, nos debemos asegurar de que la alimentación continúa siendo equilibrada (con el aporte adecuado de vitaminas, proteínas, minerales…), y para ello podemos elaborar nuestro propio recetario de verano, asegurando que cada día incluimos los nutrientes que necesitamos. ¡Ah! y no olvidéis darle otras utilidades a los alimentos: por ejemplo legumbres o arroz en la ensalada.
Y tened cuidado con las intoxicaciones, eso siempre.
Meterse en la cocina también es ...
Implica a tus hijos en todo el proceso: será más satisfactorio para todos, y a ti te animará a seguir: sacar de la nevera, preparar utensilios, recoger, limpiar el banco de cocina, meter lo que está sucio en el lavaplatos, etc.
Sé por experiencia que si la peor parte queda para los padres, estos se pueden desanimar, y puede que se lo piensen dos veces en la próxima ocasión. No se es pequeño para barrer, pasar la bayeta, o guardar las especies, es decir, no importa que lo hagan perfecto, pero sí que colaboren.
¿A que ahora estáis más animados a dejar que vuestros niños se metan en la cocina con vosotros? No olvides que esa bonita experiencia formará parte de sus recuerdos en el futuro, y servirá para que ellos también la transmitan a sus propios hijos.
Imágenes | Rachel Tayse, Rachel Tayse, JustyCinMD, woodleywonderworks En Directo al Paladar | Consejos para cocinar con y para niños En Peques y Más | Recetas sugerentes para hacer con niños y adolescentes en Webos Fritos