Aunque las cifras bailan según quien recoja datos y los analice, lo cierto es que la crisis económica (y social por extensión) sigue cebándose con los más vulnerables - quienes a decir verdad, no la han generado, dicho sea de paso -.
El caso es que si hace dos meses Save the Children nos alertaba sobre que España es el octavo país de la Unión Europea con mayores tasas de pobreza infantil; ayer mismo Cáritas Europa va más allá afirmando que nuestro país es el segundo de la UE con mayor índice de pobreza infantil. Sólo nos supera Rumania. El riesgo de pobreza entre niños españoles menores de 18 años se situaba hace dos años nueve puntos por encima de la media de la Unión (en el 21,4 por ciento). Los datos son también de Eurostat, lo cual me genera un poco de confusión (¿el octavo o el segundo? ¿o es que estamos entre los 8 que más niños pobres tienen pero somos el segundo en orden?).
Pero la cuestión no es tanto aclararse con las cifras, sino tocar de pies a tierra y mirar la situación crítica de miles de familias. Además como dicen los responsables de Cáritas, no se trata sólo de cifras sino de intentar soluciones para una sociedad que sea sobre todo más humana.
Por que sí, muchos dirán que son informaciones interesadas, o que son exageraciones; pero que los pobres cada día son más pobres y los ricos cada vez más ricos, esto si que no se le escapa a nadie
Pobreza infantil en Europa
En Bruselas dicen que la crisis ha terminado (dicen, aclaro), pero no para todos porque la situación de muchas personas no hace sino empeorar: cobertura de necesidades deficiente, prestaciones sanitarias recortadas, situaciones de carencia prolongadas, etc.
Las familias con hijos en las que los padres no trabajan o trabaja sólo uno de ellos con un salario bajo, se han convertido en blanco fácil: cuanto mayor es el grupo familiar, menos hay para repartir. Pero ¿no son los niños el futuro?
Para aclararnos con la terminología diremos que las personas en riesgo de pobreza o exclusión social disponen de sólo un 60 por ciento de ingresos medios del resto de la población; así como los que únicamente tienen del 40 al 50 por ciento son consideradas pobres, y con menos de 40 % hablamos de pobreza extrema.
La austeridad que sugirió Europa a los Estados en peor situación no es que haya dado muy buenos resultados, ni para el crecimiento económico, ni para los principales interesados, que son los ciudadanos. Cáritas ha denunciado que se han antepuesto las prioridades económicas a las sociales.
Y por último cabría aclarar que se ha generado una nueva clase social compuesta por ‘nuevos pobres’, es decir familias que antes pertenecían a la clase media, y ahora han ido para atrás. Esto dificulta en ocasiones el análisis de datos, porque hablamos de personas que (quizás) por vergüenza no pide ayuda a las Instituciones, o tarda muchísimo en pedirla.
Que tengamos niños que comen bien gracias a los comedores escolares, o familias con padres jóvenes que salen adelante gracias a la ayuda de los abuelos, debería dar que pensar.
Imagen | César Santiago Molina Vía | The Guardian Más información | Cáritas Europa Informe completo | The European Crisis and its human cost En Peques y Más | Las tasas de pobreza infantil en España entre las más altas de los países industrializados,