Sudar es algo completamente normal, incluso entre los niños, lo es salvo que se produzcan situaciones de ‘hiperhidrosis’ (exceso de sudoración), o sudoración apocrina (cuando las secreciones huelen mal).
Y es que el sudor juega un importante papel para el funcionamiento de nuestro cuerpo, ya que ayuda a mantener la temperatura corporal, permitiendo que se enfríe un poco, cuando la humedad que provoca se evapora.
Normalmente sudamos cuando tenemos calor, o cuando realizamos un esfuerzo (incluido la práctica de deportes), pero ¿no os pasa que sudáis más abundantemente cuando estáis nerviosos?, en este caso las emociones repercuten sobre las glándulas sudoríparas. Algunos expertos han calculado que el sudor se empieza a regular hacia los cuatro o cinco años, y dicen ‘regular’ porque sudar, sudamos desde que somos bebés, porque tenemos calor o porque hacemos esfuerzos (aún recuerdo cómo sudaba mi hijo el día de su nacimiento después de que erróneamente le pusieran dos pijamas, ¡con el calor que hacía dentro del hospital!).
Mayor actividad de las glándulas durante la pre adolescencia y adolescencia
Con los cambios que empieza a experimentar el cuerpo al llegar la pubertad (12 / 13 años en niñas, 13 / 14 años en niños, aunque hay pequeños en los que se inicia antes), las glándulas sudoríparas (tenemos unas tres millones en el cuerpo) ‘trabajan más’.
Los cambios se unen a una probable mayor actividad física por la práctica de deportes. Lo que provoca el mal olor no es el líquido que secretamos, sino la combinación entre este y las bacterias que se encuentran en la piel, y esto se hace patente especialmente en axilas, ingles y plantas de los pies.
Al llegar a esta edad los niños deben entender que ‘sudar más’ forma parte de un conjunto de cambios entre los que se encuentran el crecimiento del vello en el pubis, el ensanchamiento de caderas (chicas) y hombros (chicos), etc.
A pesar de que se establece el inicio de la pubertad a una edad aproximada, hay niños en los que los cambios hormonales pueden empezar antes, pero no sería ‘normal’ que este tipo de sudoración (con olor penetrante) se produjera en pequeños de menos de ocho años
Pero no todas las situaciones son normales, vamos a ver dos ejemplos muy claros
Sudoración excesiva, o hiperhidrosis:
Ocurre cuando el organismo ‘fabrica’ más sudor del que necesita para ajustar la temperatura. También puede afectar a niños con las consiguientes molestias físicas y sociales que puede conllevar este hecho (manos sudorosas mientras se escribe o axilas repentinamente mojadas al tener que leer en voz alta). La calidad de vida de personas que sufran este problema puede verse afectada.
Aunque la producción de sudor se puede controlar, hay ocasiones en las que debe consultar al pediatra o al dermatólogo para que evalúen cada caso y ofrezcan una solución.
Hay un dato importante a tener en cuenta, la hiperhidrosis se agrava en las personas que sufren sobrepeso: una razón más para cuidar la alimentación de nuestros hijos.
Sudoración axilar apocrina en niños:
Se llama así a la producción de sudor con olor cuando se presenta en niños pequeños (menores de ocho o nueve años). Se puede deber a un proceso de ‘adrenarquia precoz’, según el cual se presentarían signos de pubertad en niños de corta edad. En estos casos es aún más importante consultar con un médico.
Algunos (posibles) consejos para combatir algunos de los problemas asociados al sudor en niños:
La higiene es fundamental, y el cuidado se puede acentuar cuando los niños practican deporte. La ducha diaria es fundamental, y muchas veces ayuda tener posibilidad de lavar parcialmente las zonas afectadas (en otro momento del día) para complementar la ducha.
Muchos pediatras aceptan la utilización de desodorantes, e incluso antitranspirantes, para minimizar el hecho de que para los niños resulta muy incómodo el sudor. Yo tengo claro que no me gustaría que mis peques empezaran muy pronto a usar antitranspirantes, porque no creo que sean productos completamente inocuos (y más aún tratándose de niños).
En cuanto a los desodorantes leería atentamente la lista de ingredientes, o acudiría a una dietética para asegurarme de que la composición es completamente natural. Pero creo que ante todo debemos procurarles una buena higiene, y existen soluciones parciales para utilizar cuando están fuera de casa, (como una toalla pequeña que se puede guardar humedecida en agua ligeramente jabonosa, dentro de una bolsita, para lavar manos, o pies, o axilas)
Para ayudar a que la piel transpire, es mejor utilizar tejidos naturales (algodón o lino, por ejemplo) antes que prendas sintéticas. Además las segundas agravan aun más el mal olor provocado por el sudor.
El exceso de comidas copiosas, picantes o muy especiadas, puede actuar como desencadenante.
Por último me gustaría recordar que al sudar perdemos líquidos, y con ellos también sales minerales, por eso debemos procurarles una buena hidratación, teniendo especial cuidado en esta época de calor.
Imagen | wsilver En Peques y Más | ¿Cómo cuidar la alimentación de los niños deportistas?, Recomendaciones para todos ante la ola de calor