La respuesta correcta es el agua, ¿habíais acertado verdad?, es un alimento necesario aunque no aporte energía ni vitaminas, porque contribuye a una buena hidratación natural, refresca cuando hace calor, y ayuda tras realizar esfuerzos.
El agua debe ir en el bolso de mamá o papá, en la mochila de las excursiones, en la nevera portátil del picnic… De los refrescos azucarados mejor nos olvidamos (los dejamos para un consumo ocasional o esporádico).
Y es que estas bebidas se han venido relacionando con el exceso de peso y las posibilidades de desarrollar diabetes de tipo 2. Pero ¿qué ocurre con los siempre presentes zumos envasados?, hay niños que los toman a diario porque se les atribuyen propiedades beneficiosas para la alimentación infantil.
Sin embargo contienen demasiados azúcares (hasta los que declaran no tenerlos), lo cual los convierte en un factor de riesgo para desarrollar caries. Además faltan la mayoría de las vitaminas y fibra que contiene la fruta (por lo tanto olvidémonos de equipararlos a esta).
En su lugar los niños deberían consumir fruta fresca, que está muy rica, tiene vitaminas y minerales, y además una importante cantidad de agua, lo cual es muy importante especialmente en verano.
Otros de los posibles efectos negativos de zumos envasados son el aumento del nivel de azúcar en sangre (y esto disminuye el apetito), y las molestias abdominales que algunos niños sufren debido a los azúcares y edulcorantes que contienen.
Vamos ahora con los zumos naturales, de acuerdo que son mejores que refrescos y zumos envasados, pero si en su lugar damos agua y fruta, mejoraremos la ingesta de nutrientes. A los zumos naturales les falta la fibra, además en opinión de algunos nutricionistas (entre los cuales está Julio Basulto), a los niños españoles les sobre vitamina C y calorías líquidas.
Para sobrellevar las altas temperaturas no necesitamos líquidos azucarados envasados, sólo alimentos frescos y agua.
Imágenes | David Long, Lindsey G Vía | En Familia En Peques y Más | El 18 por ciento de los niños europeos menores de 10 años consumen bebidas energéticas