Catherine L'Ecuyer es madre de cuatro hijos y autora del libro ‘Educar en el asombro’. Esta canadiense estudió derecho en su país natal, y el año 2006 (ya en Barcelona) empezó a investigar y divulgar temas relacionados con la educación.
Esta actividad le permitió impulsar en 2010 el proyecto Apego – Asombro, nominado por los Premios Proteus de Ética como Proyecto Educativo. ¿Cómo educar en un mundo frenético e hiperexigente? ¿Cómo conseguir que un niño, y luego un adolescente, actúe con ilusión, sea capaz de estar quieto observando con calma lo que le rodea, piense antes de actuar y esté motivado para aprender sin miedo al esfuerzo?, son algunas de las preguntas que pretende responder este libro.
Los niños de los últimos veinte años viven en un entorno cada vez más frenético y exigente, que por un lado ha hecho la tarea de educar más compleja, y por otro, los ha alejado de lo esencial.
Su vida se ha convertido en una verdadera carrera para quemar etapas, lo que les aleja cada vez más de su propia naturaleza, de su inocencia, de sus ritmos, de su sentido del misterio.
En una entrevista concedida el mes pasado a La Vanguardia, Catherine afirmaba que ‘matar la imaginación, el asombro y la creatividad de un niño para inculcarle cuanto antes y contra su naturaleza una actitud razonable es típico de una sociedad fría, cínica y calculadora. Hacemos a los niños a nuestra medida,…’
Programamos a nuestros niños para un sinfín de actividades que, poco a poco, les están apartando del ocio de siempre, del juego libre, de la naturaleza, del silencio, de la belleza. Muchos niños se están perdiendo lo mejor de la vida: descubrir el mundo, adentrarse en la realidad.
El libro se puede comprar de forma rápida y segura en Amazon (ha alcanzado el puesto número 1 en la lista de los "más vendidos").
Se encuentra también en cualquier librería, así como en establecimientos especializados y grandes superficies (Abacus, FNAC, el Corte Inglés, Casa del Libro, etc.).
En el blog Apego – Asombro de Catherine L'Ecuyer se puede leer que frente al deseo que cualquier padre presenta de que sus hijos sean personas libres, autónomas y responsables. Se posiciona la constatación de que cada vez, son más los niños dispersos, híper activos, con dificultad para crear vínculos, para reconocer la autoridad, para gestionar su afectividad, con actitudes arrogantes, violentas, desagradecidos, inseguros y que encuentran su fuente de motivación principalmente en la estimulación externa.
Quedémonos con esta frase porque me parece que todos necesitamos reflexionar acerca de ello: ‘los problemas que se ven en la niñez, no son otra cosa que un grito de la naturaleza, que se rebela ante una falta de respeto por las necesidades básicas del niño’.
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