A los niños les fascinará el Pasaje de Gois (passage du Gois) porque es una carretera de hormigón que tiene más de cuatro kilómetros de longitud con la característica de que sólo es practicable cuando la marea está baja. Este camino une el continente con la isla de Noirmoutier, de la que hablaremos próximamente, un par de veces al día, cuando la marea baja de forma similar a como se muestra en el vídeo, que reduce las tres horas de bajada en un minuto.
El Paso del Gois es muy famoso porque ha sido testigo de algunas etapas del Tour de Francia. Pasó por primera vez en el año 1993, uno de los cinco tours ganados por Indurain, aunque la más famosa es la del año 1999, que fue la primera que ganó Lance Armstrong a Alex Zülle con más de seis minutos de ventaja. Esos minutos son los mismos que perdió el suizo cuando se cayó en la segunda etapa del Tour, en ese camino del Gois. Y las imágenes, que se pueden ver en RTVE muestran a un pelotón caído entre piedras, conchas, algas y mucho sabor a mar. El año 2011 también pasaron los ciclistas y se aprovechó para celebrar una fiesta en honor a la zona francesa de Vendee. Y es que el Gois es un camino que hace que cuando las aguas se alejan y emerge el camino y la arena es posible realizar muchas actividades que a los niños les pueden divertir.
Cuando la marea baja es un momento perfecto para atravesar los cuatro kilómetros, por ejemplo, en bicicleta aunque algún valiente se puede atrever a recorrer el camino corriendo. De hecho se puede ver algún vídeo en YouTube de personas corriendo, haciendo deporte, mientras la marea no para de subir. En todo caso lo más sencillo es ir en coche porque la carretera es ancha y hay espacio para ambos sentidos. Y si la cosa se pone muy fea, se puede ver que existen unas torres a las que es posible acceder para esquivar la subida de la marea y la opción de morir ahogado. Al parecer cada año se produce algún susto porque muchas personas se retrasan para ponerse a salvo.
Y la otra opción es ir a pasar unas horas con los peques buscando y coleccionando moluscos que quedan a la vista cuando se retira la marea. Existe una gran tradición en las familias para ir a buscar conchas vivas que después se pueden comer en casa estupendamente y además se pueden guardar las conchas obtenidas para conseguir una buena colección infantil. Las botas que llevan los niños tienen que ser de goma y bien ajustadas porque los pies se hunden hasta los tobillos y la humedad es total.
Y otra opción más es disfrutar de las hermosas vistas que se tienen desde el camino. Con ese nivel del mar es posible mirar hacia el continente o hacia la isla y jugar con el efecto óptico de que parece que se está andando sobre las aguas. La imagen muestra la Iglesia de Noirmoutier y su imponente castillo.
Próximamente hablaré también de la isla de Noirmoutier porque su atractivo contraste entre bosques frondosos, planas enormes de arena fina, caminos para recorrerse en bicicleta y canales para viajar en barco, son un reclamo turístico extraordinario para todas las familias.
Nota importante: he sido invitado a Noirmoutier por Oeste Francia que promociona tres regiones del oeste de Francia (Poitou-Charentes, Pays de la Loire y Bretaña) en España.
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