Tras la aprobación en el Consejo de Ministros de la LOMCE, se han hecho públicos los puntos principales en los que se basa esta nueva reforma educativa. En realidad a base de sucesivos anteproyectos ya los conocíamos, pero a mí no deja de sorprenderme que se elimine Educación para la Ciudadanía, y en cambio la Religión vuelva a ser computable.
Es decir, se equipara a otras materias a la hora de sacar la media, repetir, obtener becas, o calcular el resultado de las pruebas externas de evaluación. Eso sí, esta asignatura (o su alternativa) no formará parte, según hemos leído estos días, de las nuevas reválidas – cinco si no he perdido la cuenta – que contempla la Ley. Las alternativas que se han previsto son Valores Culturales y Sociales en Primaria y Valores Éticos en Secundaria, ambas tendrán el mismo peso curricular, y también (igual que la religión) serán optativas – no obligatorias -, aunque se podrán escoger ambas opciones, en cuyo caso el alumno renunciaría a otra de las materias optativas.
La Religión no era tratada de esta forma tan privilegiada desde la Ley General de Educación que estuvo vigente hasta la entrada en el panorama legislativo de la LOGSE en 1990
Creo que la escuela pública (no hablo ya de la privada o concertada, aunque esta última, no olvidemos, está financiada con dinero público) debería ser laica porque es de todos, y porque los estudiantes que conviven en sus aulas son muy diferentes entre sí desde el punto de vista cultural, social e ideológico. Creo también que todas las confesiones deben ser respetadas, pero forman parte del ámbito de lo privado, las familias que matriculan a sus hijos a Religión o a sus alternativas, muestran claramente su orientación confesional, y eso es algo que me inquieta.
Pero lo que más me llama la atención, no es que se imponga la Religión, sino la pregunta ¿sus alumnos se verán apartados de los Valores impartidos en las alternativas? No penséis que es una ironía, porque estos deberían ser más que valores, ‘Principios’ en los que sustentan los aprendizajes, porque sobre ellos se construyen identidades, y más allá… sociedades.
Cuando la reforma pase de los despachos de los políticos y los debates parlamentarios a las aulas, mis hijos cursarán Valores Culturales y Sociales, no lo tendrán difícil porque en cuestión de ‘valores’ en casa lo tenemos muy claro. Son necesarios para la convivencia y deben ser la base de las relaciones en sociedad.
Pero dado que España es un estado aconfesional y eso significa que ‘ninguna confesión tendrá carácter estatal’, aún no sé como tomarme el nuevo papel de la asignatura de Religión (Católica) en las Escuelas.
Imagen | andresmh En Peques y Más | #ApuntateaReli es una campaña de la Conferencia Episcopal Española para hacer de la Religión 'una asignatura apasionante', Alternativa a la Religión igual a clase de nada