Ya ha empezado el Mundial de fútbol de Brasil 2014. Aunque la fuerza y la calidad de la imagen en la actualidad es impresionante (y rompedora) a mi lo que me gusta es leer de fútbol. Y es que aunque las imágenes sean espectaculares, los jugadores realicen jugadas con una técnica prodigiosa y los tamaños de los televisores y la alta definición permiten que casi, casi estemos viendo el partido en directo, lo que me llama la atención y me gusta de verdad es leer de fútbol. Así que lo que voy a hacer en este Mundial es intentar ver todos los partidos que pueda y luego buscar crónicas, que me llamen la atención, para entender y aprender muchas de las cosas que han pasado en el partido.
Porque en un partido de un Mundial suceden muchas cosas y aunque estemos muy atentos algunas de ellas se nos escapan y tienen mucha importancia para entender qué pasa. Por ejemplo, la ceremonia de los himnos da para literatura de la buena, acabo de ver el inicio partido inaugural y ver a los brasileños, espectadores y jugadores, cantando el himno una vez finalizada la música, es un momento de enorme emoción. Y no, no es la guerra, creo que el fútbol no es comparable con la guerra porque sólo es un deporte en el que los jugadores buscan ganar, competir, retarse, compararse con los mejores jugadores del mundo y también hacer disfrutar a los espectadores, grandes y pequeños.
Durante 90 minutos, que son muy largos e intensos en un Mundial de fútbol, pasan muchas cosas y conviene no perderse detalle. Por eso es muy importante elegir buenos cronistas, buenos escritores, grandes intérpretes de la realidad del fútbol que nos lleven de la mano y nos dejen además, especialmente para los más peques, un recuerdo imborrable de lo que es uno de los mayores espectáculos deportivos del mundo. Porque los peques, desde los doce años, ya pueden empezar a vivir un mundial y empezar a acumular, coleccionar y guardar, cada cuatro años, torneos, esperanzas, deseos, ilusiones, emociones y mucha pasión.
En todos los mundiales siempre ha habido jugadores y equipos que nos han sorprendido por su valor, por su fuerza, por su confianza, por su empuje, por su capacidad para no rendirse. En toda mi historia mundialista, que empieza a pesar, he visto a grandes jugadores a los que me encantó verlos jugar. Por eso es fundamental encontrar lecturas que den valor a ese tipo de jugadores y a sus equipos, para que además su trabajo pueda pasar a la historia y servir de referencia.
En el anterior campeonato, el de 2010, los jugadores de España dejaron el listón en lo más alto. Este año, mañana empiezan a jugar, vamos desearles lo mejor y le vamos a pedir a todos los amantes del fútbol y de la pluma que se lancen a escribir, a contar, a explicarnos estos grandes momentos de fútbol en los que sólo un equipo será el Campeón del mundo aunque todos serán extraordinarios.
Y para finalizar, muchos habitantes del planeta van a tener los ojos puestos en lo que pasa en Brasil. Uno de ellos, que además se ha pronunciado, es el Papa que desea que disfrutemos, con fraternidad, del fútbol. Por mi parte, deseo que el Mundial sea maravilloso y espero que sirva para generar nuevas aficiones entre los peques de todos los continentes el planeta y que disfruten viendo el juego y la técnica de los mejores jugadores del mundo.
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