La Asociación Nacional de Editores de Libros de Texto y Material de Enseñanza (ANELE) ha presento un informe en el que destaca que el precio de los libros de texto se mantiene, a pesar de ser un año de cambios. De cambios porque con la implementación de la LOMCE, se van a cambiar a lo largo de dos cursos lectivos los libros de los alumnos de Primaria y Secundaria.
Pero a pesar de ese ‘mantenimiento de precios’, si que se ha experimentado un 0,8 por ciento de incremento, poco según la industria editorial, dadas las inversiones realizadas para adaptar los manuales a los nuevos currículos
Los libros de texto en España están sujetos a dos regímenes de precios distintos: Precio fijo o único, que determina el editor, que es aplicable a los libros destinados a Educación Infantil y a las Enseñanzas Medias no obligatorias (Bachillerato y Formación Profesional); y Precio Libre, y por tanto variable, que establece el detallista para los libros destinados a la educación obligatoria (Educación Primaria y ESO).
Más gasto en libros de texto por familia
La evolución negativa del mercado en los últimos años ha significado una notable reducción de la venta total de ejemplares y de compra por parte de los alumnos, lo que tiene una repercusión inmediata en la reducción de las tiradas y, consiguientemente, en el costo por ejemplar, al ser preciso repercutir los costes fijos entre bastantes menos ejemplares.
En su informe, los editores de libros educativos vuelven a poner el acento en la importancia que está teniendo en la evolución del gasto real de las familias en libros de texto la reducción e incluso desaparición de las ayudas públicas, lo que puede incidir en un incremento del gasto familiar. Y más allá de eso, en el gasto medio por alumno que, en cinco años ha pasado de 121,56€ a 91,15€.
Según los editores, esto no es ninguna buena noticia para la tan deseada calidad de la educación. Mas si tenemos en cuenta que diversos estudios internacionales han establecido una correlación directa entre la existencia de libros en los hogares y los resultados de los alumnos en evaluaciones como las de PISA.
En una libre y personal aportación, es verdad que se compran menos libros, pero por lo que estoy viendo es debido a que de unos pocos años ahora, se debe a que se han vuelto a establecer sistemas de préstamo entre familias.
Este año y el próximo no obstante, no será posible para los alumnos de los cursos en los que se implante progresivamente la nueva Ley, ya que los niños que están en un curso superior, no habrán utilizado esos mismos libros.
Por otra parte, y hemos hablado aquí de esto, la correlación que se establece entre libros y buenos resultados, no sólo es referida a libros de texto, sino a libros en general (utilizables, eso sí).
Ley nueva, libros nuevos
Los editores constatan que tras anunciar recursos ante los tribunales contra la Ley y los Reales Decretos que la desarrollan, algunas comunidades han señalado claramente que los nuevos currículos no se implantarán en su territorio. Otras, lo sugieren y toman medidas que dificultan la implantación, aunque no lo reconozcan abiertamente. Varias han optado por una fórmula mágica: la Ley se implantará, pero no se podrán cambiar los libros y se mantienen vigentes los anteriores currículos y, así, tantas variaciones como comunidades hay.
El Informe de ANELE apunta que, en este contexto, los editores han tenido que hacer cuantiosas inversiones para preparar libros adecuados a los nuevos currículos del Estado: currículos difícilmente compatibles por su planteamiento con los hasta ahora vigentes, sin que sepan cuál será el nivel de implantación real de los mismos.
Ante esta situación, los editores afirman que independientemente de que se esté de acuerdo o no con la Ley para poder conseguir los objetivos de ésta, profesores y alumnos han de contar con materiales didácticos y pedagógicos acordes con el nuevo modelo previsto.
Los libros de texto y demás materiales curriculares son el vehículo más eficaz y casi único para que las propuestas de una Ley Educativa lleguen a todos los profesores, a cuya información e incluso formación contribuyen de manera decisiva. A través de ellos, los profesores conocen en profundidad los nuevos currículos y las nuevas propuestas didácticas. Eso sin tener en cuenta los cambios sociales, culturales y científicos, así como didácticos y pedagógicos, que los libros deben ir recogiendo con regularidad, para evitar su obsolescencia.
Las editoriales que forman parte de ANELE, el 95% de la oferta editorial especializada, ha editado un total de 31.806 títulos en soporte papel en todas las lenguas oficiales, de los que 12.760 corresponden a libros del alumno, los únicos que son tenidos en cuenta para el cálculo de la evolución de los precios, por ser los que inciden más directamente en el gasto familiar.
¿Y qué hay de los libros digitales?
La edición digital destinada a la educación en España sigue su desarrollo a un ritmo más que razonable, como demuestran las cifras del informe de ANELE. La composición del catálogo de libros educativos digitales se ha incrementado en prácticamente un 100%. Este desarrollo no es sólo numérico, los libros de texto digitales hechos en España son cada vez más ricos, más versátiles y más fáciles de manejar.
Los editores siguen insistiendo en la necesidad de reducir el IVA de los libros digitales que actualmente es del 21%, frente al 4% de los libros en papel para conseguir un mayor avance en el desarrollo digital de las aulas.
En este sentido, los editores vuelven a reclamar la coordinación de los esfuerzos y proyectos distintos que permita un mejor aprovechamiento de los escasos recursos económicos y, también, superar el divorcio entre las políticas administrativas y la realidad escolar.
Imagen | English106 Fuente | ANELE En Peques y Más | 'Llibrey': reciclaje y reutilización de libros de texto en la Comunidad Valenciana