Kristyn es mamá de cuatro niños, y tiene un blog precioso llamado Lil’Luna (all things good). Mientras empiezo a repasar las manualidades, recetas y otras ideas que nos propone, quiero compartir con vosotros este postre para Halloween que parece un cementerio pero es totalmente comestible (la prueba serán los platos vacíos que dejaran vuestros comensales).
Es fácil, así que excusas tenéis pocas, aparte de que también en esta festividad, debéis intentar que vuestros hijos no coman demasiados dulces. Y si lo hacéis, el éxito está asegurado, porque en poco tiempo, la presentación puede ser espectacular… eso sí, la cocina requiere de paciencia y dedicación ya lo sabéis.
Ingredientes:
- Un paquete grande de galletas “Oreo"; 230 gramos de crema de queso (queso de untar suave), 110 gramos de azúcar glacé, 115 gramos de mantequilla ablandada, una tableta pequeña de chocolate blanco, 3 tazas de leche (yo empezaría por 2 para ir añadiendo si queda demasiado denso), una cucharadita rasa de café de azúcar avainillado, galletas rectangulares de chocolate rellenas de chocolate, golosinas con forma de calabaza.
Nota: la equivalencia de la medida "cup" son 237 mililitros aproximadamente (por la leche); por otra parte he traducido a gramos directamente las onzas de queso que aparecen en la receta original, y a gramos también las "cup" de mantequilla
Cómo se hace:
Primero deshacemos dos tercios de las galletas convirtiéndolas en migas que depositamos en una fuente refractaria de horno rectangular.
Por otro lado mezclaremos el queso y la mantequilla, batiendo enérgicamente hasta que quede una crema homogénea y suave; a esta mezcla añadimos el azúcar.
En un cazo se calienta la leche, el chocolate y el azúcar avainillado removiendo bien; para después añadirlo al resultado anterior. La crema que nos queda (si es espesa en exceso podemos añadir leche), se vierte sobre las migas.
Ahora nos queda desmigar el resto de las Oreo sobre la superficie, y colocar estratégicamente las galletas rectangulares a modo de lápidas. Por último acabamos de decorar con las golosinas en forma de calabaza.
Es sin duda una forma muy original (y rica) de acabar la cena de la noche de Halloween. ¿Habéis tomado nota? Mirad, para que estéis más seguros, lo preparáis uno de estos días a ver como os sale, y dentro de unas pocas semanas, sorprendéis a vuestros invitados, ¿qué os parece?
Vía | Li'l Luna.
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