Fadu - Já es un cortometraje islandés de 20 minutos que forma parte de un proyecto más ambicioso que en Islandia trabajó por concienciar acerca de la violencia sexual contra los niños, según disposiciones del Consejo de Europa contra la explotación y el abuso sexual. Fadu - Já recibió financiación y ha servido para tratar un tema difícil de abordar entre jóvenes (se ha proyectado en escuelas de primaria y secundaria), y de aceptar (al menos en nuestro país) entre adultos.
Me he alegrado mucho cuando he llegado hasta él desde Una de los antiguos niños; me he alegrado porque hablamos bastante (no lo que deberíamos quizás) sobre abuso sexual a niños por parte de adultos, sexualidad, educación sexual, pero ¿cómo educamos en una sexualidad sana a menores cuyo primer contacto con el sexo es a través de la pornografía? ¿cómo lograremos que sepan diferenciar entre sexualidad y violencia?
Hablo de pornografía y de cómo puede distorsionar las ideas que sobre sexualidad tengan los niños (que no es lo mismo que hablar sobre pornografía infantil), y pienso “quizás alguien piense que soy una mojigata". Pero no es así porque si bien entiendo que es un negocio, y que muchos de sus trabajadores tienen los mismos derechos que otros ejerciendo funciones en otro sector; también se debe reconocer cuál el público consumidor de la pornografía, y los mensajes que se envían sabiendo que muchos de los usuarios tienen menos de 15 o 16 años.
Me diréis que la responsabilidad de lo que ven es de los padres, y según la edad en parte sí, claro, porque si un día mi hijo (casi 11) me dijera que ha visto un vídeo porno (es un suponer que ocurriera y que lo contara) en casa de un amigo, mi responsabilidad sería más bien de establecer mi juicio de valor, hablar con los otros padres y como vengo haciendo, seguir abordando con naturalidad el tema cuando en casa sale … Ya que no tengo nada que ver en el hecho de que lo haya visto. Eso imaginando que el amigo tenga su edad y se trate de curiosidad, si están con alguien mayor que les ha incitado, es otro tema, y ya entramos en una de las formas de abuso sexual.
Pero sí, en definitiva, la responsabilidad de que no lo vean (o sí) en casa, es nuestra
Vuelvo a Fadu - Já: sobre todo pretende desmontar ideas equivocadas sobre el sexo y fomentar el respeto en las relaciones. Recuerdo cuando tenía 17 años y mi madre me repetía unas 52 veces al año: “con los chicos te tienes que hacer respetar", me parecía el mensaje tan desfasado, pero no lo es, quizás se deban cambiar las formas, pero no lo que se dice. Y no solo a las chicas, también a los chicos: porque en una relación sexual, los implicados deben poder hablar de sus gustos y de las ganas (o no) que tienen de participar.
¿Cuáles son algunas ideas equivocadas?
Como os digo el vídeo es una producción islandesa, y me gusta como lo tratan sus protagonistas, es verdad que ya son grandes (puede que entre 18 y 22 años), pero se agradece que hablen tan abiertamente. No tengo que decir nada sobre la traducción, puesto que no sé islandés, parece a su vez reducido desde subtítulos en inglés, y algunas expresiones parece que no están bien construidas, pero en general creo que transmite bien el mensaje.
Nos cuentan que tal y como se representa el sexo en las películas pornográficas, poco tiene que ver con una realidad en la que la gente tiene cuerpos normales e imperfectos, en la que no siempre hay un orgasmo, en la que a veces no se tienen ganas y en la que hay pasión pero no se sabe muy bien cómo ni dónde acariciar.
El sexo es una necesidad básica y se ene tratar como las otras: comer / beber, dormir, ir al WC, hay una escena bastante contundente en la que la chica obliga literalmente a su novio a engullir parte de su hamburguesa. Cada uno sabe cómo regular sus necesidades, si otro nos obliga pasamos a hablar de violencia y no de regulación
“Si no se está listo para un sexo diferente a como ocurre en el cine (películas de cualquier tipo), no se está listo para hacer el amor", me encanta esa frase, y creo que es un buen comienzo para comenzar a desmitificar el porno, y mostrar a los jóvenes que hay muchos caminos para su sexualidad, pero precisamente deberían descartar sentirse obligados u obligar. Me gustaría encontrar el momento para que mis hijos supieran que en sus futuras relaciones afectivas, tienen el derecho de decir “¿me dejas pensarlo"? cuando se les proponga relación sexual.
Definiendo los límites propios y ajenos
La violencia sexual es otro aspecto relevante de este vídeo, porque es más fácil que la violación sea ejecutada por alguien conocido que por un delincuente que aborda en medio de la calle. Si cada uno tiene claros sus límites y los de la otra persona no hay problema. Lo hay cuando se confunde insinuación con ganas, o cuando se desoye el “no tengo ganas", y aquí no hay excusa que valga (es decir nadie tiene derecho a relacionar la vestimenta de la víctima, o su posible embriaguez con un supuesto ‘derecho’ del agresor).
El documento también apunta el hecho de que a veces los video clips se acercan más a manifestaciones pornográficas que a expresión artística, es un ejemplo de los estímulos inadecuados que los menores reciben a diario. A cambio sería bueno que perciban el sexo como una forma de relación y comunicación fantástica, que además es fuente de placer, y si es respetado, como le ocurre a uno de los chicos participantes, se tengan ganas de repetir… en las mismas condiciones.
Si la “pornificación" ha crecido o o en nuestra sociedad (tal y como se afirma) es algo que no puedo afirmar, pero una de las razones por las que los niños no deberían acercarse al porno como primer contacto con el sexo, es precisamente evitar todas estas ideas equivocadas, y prevenir malos entendidos en el futuro.
Por cierto, Fadu Já quiere decir "que te diga sí", como una condición "sine qua non" para lograr relaciones sanas y satisfactorias, para todos.
Vía | Una de los antiguos niños Más información | Fadu Já En Peques y Más | "The unslut project": la lucha contra los prejuicios acerca de la sexualidad de niñas y mujeres