Estas fotografías de unos niños pequeños probando trozos de limón, me han recordado a mí misma cuando buscaba en la nevera de casa de mis padres mitades de este preciado condimento culinario para dar buena cuenta de él 'al natural'.
Años después la historia se repite y es mi hija quien encuentra los pedazos cortados de este cítrico que hay por la cocina, le gusta mucho y no es de extrañar porque aporta una ligera sensación de bienestar que compensa su sabor ácido. En mi casa siempre hay limones porque los gasto muchísimo: repostería, conservante, para hacer zumos, para exprimir sobre diferentes platos… No hay que buscar mucho para encontrarlos, y sin embargo no he sido capaz de fijarme en la reacción de la pequeña la primera vez que los probó: ¿le gustarían o no?, ¿arrugaría la nariz o se reflejaría el placer en su rostro?, lo que sí que sé es que los come poco a poco, y después bebe agua para aliviar la acidez en su lengua.
A estas fotografías no hay que darles muchas explicaciones: hablan por sí solas. El limón puede provocar desagrado, sorpresa, llanto, rechazo, atracción… unos lo seguirán probando, otros ya habrán tenido bastante, pero no deja a nadie indiferente.
Nos cuenta Liliana (de Directo al Paladar) que son el resultado del trabajo conjunto de los fotógrafos David Wile y April Maciborka, quienes han reunido fotografías de niños de hasta tres años que comen por primera vez un limón.
¿Sabéis cómo reaccionaron vuestros peques la primera vez que lo comieron?
Vía | Directo al Paladar En Peques y Más | ¿Cómo reaccionan los niños cuando prueban un alimento nuevo?