Jaxon Buell nació el 27 de agosto de 2014 en Orlando, Florida, con una malformación congénita llamada microhidrocefalia, un defecto neural que se produce en las primeras semanas de gestación y que impide el correcto desarrollo del cráneo y del cerebro. En el caso de Jaxon, se ha visto reducido en un 80 por ciento.
En los controles del embarazo se les informó a los padres acerca de la condición de su bebé, Pero Brandon y Brittany decidieron no abortar y seguir adelante con la gestación, a pesar de que les dijeron que moriría antes del parto o tendría pocos días de vida. Contra todo pronóstico, el conocido como bebé milagro ha cumplido ya dos años y sigue sorprendiendo a todos con sus hitos.
Un gran luchador
La microhidrocefalia es una versión más complicada de microcefalia, el defecto congénito relacionado con el virus Zika.
Durante el embarazo, les advirtieron que, de sobrevivir, tendría graves deficiencias neurológicas, que probablemente nacería ciego, sordo, incapaz de comunicarse, sentarse o gatear, puesto que todos los componentes del cerebro que permiten estas funciones no están presentes.
Su tallo cerebral, fundamental para el desarrollo motor, es mucho más fino de lo que debería, mientras que su cerebelo, encargado de controlar, entre otras cosas, el equilibrio y la coordinación, no se formó correctamente.
Sin embargo, Jaxon escucha, mira, puede oler, reacciona a los estímulos y aunque con dificultades, también habla. Reconoce su nombre, gira la cabeza cuando hablan de él e intenta alcanzar las cosas con sus manos.
Lo han apodado Jaxon Strong (en inglés, "fuerte") por su determinación por vivir, y no es para menos, pues a pesar de los peores augurios el pequeño se va superando cada día. Sus logros son mínimos, pero cada uno de ellos es celebrado con la mayor de las alegrías.
Los llamaron "egoístas" por no abortar
Al hacerse viral la historia del niño, muchos tacharon a sus padres de egoístas por no haber abortado a un bebé que tendría grandes limitaciones para vivir. A lo que el padre respondió:
"Jamás entenderé cómo elegir traer al mundo a Jaxon y darle la oportunidad de vivir puede ser considerado egoísta". ¿En qué momento elegir la vida se convirtió en un acto egoísta y condenable?"
"Preguntamos a los médicos si Jaxon sufriría o si su vida pondría en peligro la de Brittany, ya fuera durante el embarazo o en el parto. Nos dijeron que no y, a partir de entonces, en ningún momento consideramos la idea de abortar".
Celebrar cada día
Su historia captó la atención de todo el mundo por lo increíble que puede resultar que un niño pueda sobrevivir sin la mayor parte de su cerebro, una condición que evidentemente, es irreversible. Pero, personalmente, lo que más me conmueve de la historia es la lección de vida que el pequeño Jaxon y sus padres están dando: la de celebrar la vida cada día. La forma en que lo miran, el amor que le dan cada día, aún sabiendo que puede ser el último, porque nadie sabe qué pasará mañana.
Sus padres recogen la experiencia en el libro “Don't Blink: What the Little Boy Nobody Expected to Live Is Teaching the World about Life.” ("No pestañees. Lo que un niño pequeño que nadie esperaba que sobreviviera está enseñando al mundo"), donde cuentan el día a día con su hijo.
Su historia es tan excepcional que no hay pronóstico previsto. La mayoría de los niños con esta condición mueren a las pocas horas de nacer, aunque "hay casos de niños con esa malformación que vivieron hasta la treintena, con vidas relativamente normales, utilizando sus sentidos por completo", comenta el padre de Jaxon.
Sufre convulsiones y presenta complicaciones médicas que van solventando a medida que se presentan. Mientras tanto, celebran cada pequeño logro por más mínimo que sea.
Fotos | We are Jaxon Strong (reproducidas con autorización de la familia)
En Bebés y más | Al verla, los padres adoptivos rechazaron a la bebé y su madre biológica no dudó en quedársela