Sabemos que de un tiempo a esta parte, se está generalizando la “moda" (por llamarlo de alguna forma) de consumir alcohol en forma de atracón por parte de los adolescentes - que a veces no lo son tanto -. También hemos reflexionado sobre una serie de comportamientos excesivamente arriesgados y completamente irresponsables, en relación al abuso de bebidas alcohólicas en menores.
Os aseguro que el problema del consumo excesivo en nuestro país no es para tomarlo como una broma, y puede que en un futuro cercano, lleguemos a observar problemas sanitarios y sociales de difícil resolución. Pero es que aquí parece que no hay celebración sin copa, y tránsito a la madurez sin que se empuje a los niños a beber.
Cuando hace años hice las prácticas universitarias en un servicio de rehabilitación de alcohólicos, sus responsables se “tiraban las manos a la cabeza" con la demanda de personas jóvenes que se habían convertido en alcholdependientes.
Entonces alguien con 30 años y un grado de dependencia, obligaba a repensar las intervenciones, y alertaba la sociedad.
Prefiero centrarme en la prevención, e insistir en la importancia de la comunicación familiar… antes que imaginarme lo que serán capaces de originar las pautas actuales de consumo
Por que aquí no se trata de negar la evidencia de que los niños (todos no, ya lo sé) tendrán algún tipo de contacto - como mínimo experimental - con las diferentes sustancias. Pero sin la adecuada información previa, uno no es capaz de tomar decisiones; y sin una sólida formación como persona, probablemente sea complicado decir que “NO".
Durante la adolescencia el consumo de drogas es más perjudicial
De una borrachera, el cerebro joven se recupera… de muchas no. La capacidad de aprender y memorizar se puede llegar a perder de forma permanente, y la zona de conocimiento, puede sufrir retrasos irreversibles.
Así lo ha afirmado Consuelo Guerri, que es jefa del laboratorio de Patología Celular del Centro de Investigación Príncipe Felipe de Valencia. Y lo ha hecho en un simposio anual sobre drogodependencias, organizado por el Instituto Deusto de Drogodependencias.
¿Necesitamos más evidencias que nos convenzan de la necesidad de hablar con nuestros hijos sobre el tema? ¿seguiremos mirando divertidos como un grupo de niños de 12 años que acaban Primaria hacen botellón?
Esto último no lo digo por decir, imagino que quien más, quien menos, nos creemos la responsabilidad que tenemos con nuestros hijos, pero estas cosas pasan, y sería deseable que todos los padres y madres “fuéramos a una". En la adolescencia el cerebro aún está en desarrollo, por eso los consumos de drogas (de todas, incluido alcohol) son especialmente perjudiciales, y más aún con pautas de abuso.
Parece que si el consumo se inicia pronto, la zona cerebral que rige los estímulos se hipersensibiliza aumentando el riesgo de tener problemas al hacerse mayores. El riesgo aumenta hasta el 20 por ciento si se empieza a beber con 12 años (frente al cinco por ciento si empiezan a los 21).
El doctor Gabriel Rubio, neuropsiquiatra del Hospital Universitario 12 de octubre, recordó que cuando se han sufrido malos tratos (incluida negligencia), existe más riesgo de consumo abusivo.
Imagen | Gregg O'Connell
Vía | El Correo
En Peques y Más | Alcohol en Menores no es normal: hablar con ellos hoy, evitará un mal trago mañana, ¿Sancionar a los padres?, la responsabilidad de la familia cuando los menores de edad consumen alcohol