Las parejas más conservadoras no aceptan esta práctica, sin embargo, las parejas más liberales y con menos arraigo a la importancia del primer apellido, no se preocupan tanto por el orden. Para poder alterar el orden de los apellidos, es necesario que ambos progenitores se personen en el Registro Civil y formalizar esta situación. Ahora bien, hay una pequeña advertencia a tener en cuenta, no se puede ir alterando el orden de los apellidos a cada hijo que la pareja tenga, es decir, la primera inscripción sentará precedente para que todos los hijos que puedan venir en un futuro, mantengan el mismo orden de apellidos.
La costumbre de colocar en primer lugar el apellido del padre está muy arraigada, pero personalmente pensamos que, aunque el orden no tiene mayor importancia, es una lástima que en las siguientes generaciones el apellido de la madre se pierda por estar en segundo lugar.
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