A día de hoy no puedo hacer una valoración de el porcentaje (y cómo se organizan) de centros en los que se permite a los alumnos comer el menú que sus padres les han preparado, aunque sí que es cierto que en algunos lugares la regulación se ha hecho un poco precipitadamente, y mediante información escasa incluso tras haber empezado el curso.
Pero hoy no vamos a hablar sobre estos aspectos de organización, o acerca de las tasas impuestas en algunas autonomías por comer de ‘tupper’ en el cole. En realidad hemos querido ser un poco más prácticos y ofrecer información sobre cómo conseguir un menú equilibrado para llevar a la escuela. No hace mucho tiempo en España los trabajadores manuales llevaban sus fiambreras con la comida del mediodía, o recibían la visita de sus hijos que les llevaban un nutritivo plato recién elaborado, también ha existido una época anterior en la que los comedores escolares aceptaban a niños que traían el menú preparado en casa.
En Japón esa tradición nunca se ha perdido, hasta el punto de que el famoso ‘Bento’ se puede encontrar hoy en día ya preparado en algunas tiendas, aunque en muchísimas familias se conserva la costumbre de elaborar menús muy equilibrados (ya sabéis lo sana que es la comida japonesa) para llevar a la oficina o la escuela.
Planificación de menús e higiene en la preparación
Lo más recomendable es planificar semanalmente los menús, para comprobar de un vistazo que la comida del mediodía que ofrezcamos sea equilibrada. Además los menús deben ser variados y organizados.
¿Qué significa equilibrada? Desde el punto de vista de la pirámide nutricional, las tarteras deben contener alimentos de todos los grupos (hidratos de carbono, proteínas, aceite de oliva como grasa, vitaminas).
Y en cuanto a la preparación, la primera recomendación es la higiene: parece obvio pero cuando cocinamos alimentos las manos se deben lavar antes, y también después de manipular diferentes platos, así mismo limpiaremos bien los utensilios.
Lavaremos bien las verduras y coceremos suficientemente las carnes (el jugo de la carne debe aparecer claro y no rosado). Los platos con huevo se deben cuajar bien para que no se desarrollen los microbios en su interior.
La mejor manera de asegurarnos que estamos preparando la comida en buenas condiciones es cocinar con antelación, lo cual asegurará que tengamos tiempo de dejar enfriar y llevar al frigorífico hasta la mañana siguiente
- Unos minutos antes de salir hacia la escuela colocaremos las fiambreras en una bolsa isotérmica, y si el trayecto es largo introduciremos también un acumulador de hielo. Una vez en el colegio ya se ocupan los responsables del servicio de comedor de que los niños pongan sus comidas en el refrigerador.
De sentido común es que el recipiente vaya identificado con el nombre del niño
¿Qué le pongo para comer?
Empecemos por señalar lo que ‘no es adecuado’ para la salud de los niños: queda prohibido recurrir al sándwich o fritos regularmente. Eso lo podemos reservar para alguna ocasión especial o un día esporádico, pero no recurramos a esta solución cotidianamente
Desde Faros (del hospital Sant Joan de Déu) nos indican que resultará fácil preparar platos únicos que incluyan de cuatro a seis grupos e alimentos, usando distintas técnicas de cocción para que resulte más variado. Se puede completar con una ensalada de crudos, y pan. Para el postre incluiremos preferentemente frutas de temporada.
Siempre se evitaran alimentos semi crudos o poco cocinados (con excepción de las verduras, claro) para preservar a los niños de una posible infección microbiana o bacteriana. Esto excluye también las salsas hechas con huevo crudo.
Pensad que no hay demasiadas limitaciones a la hora de cocinar para la fiambrera del cole: arroces, pasta al dente, tortillas, legumbres, purés, guiso de carne o pescado…
Es importante saber que la fiambrera debe tener el tamaño justo para que no los alimentos no se desplacen en su interior, y que existen recipientes con compartimentos variados de lo más adecuado para una comida completa
¿Ideas?, podéis buscarlas en De Rechupete, en l’Hora del Tupper… y en muchos sitios más. Nuestros compañeros de Directo al Paladar también publicaron un post sobre el tema hace unos días.
Ideas para el éxito
La planificación ya mencionada es indispensable, y también podemos incluir a los peques en ella: así podemos incluir sus preferencias (siempre que no hablemos de alimentos insanos) e ideas. Y por supuesto no incluyamos los alimentos que la familia no coma: no tiene sentido ponerle judías con jamón, si nadie en casa tiene la costumbre de tomar estas verduras, en todo caso primero los deberíamos acostumbrar a apreciar otros alimentos y texturas a las que están habituados.
En la bolsa isotérmica también debe incluirse la botellita del agua, distinta a la que llevan para beber durante el recreo
Los niños deben recibir explicaciones de sus papás que incluyan: calentar sólo una vez los alimentos al microondas, salar la comida cuando sea necesario después de sacarla del micro para comer, y aliñar las verduras crudas justo antes de ingerirlas.
Aunque nosotros no tenemos aún mucha costumbre de presentar los ‘tupper’ de forma divertida, en otros lugares se considera que esto incentiva el atractivo para el niño… mirad sino estas fotos, y decidme si no resultan apetecibles. Parece ser que en Japón incluso se organizan concursos para valorar la fiambrera mejor preparada.
Para empezar, esforcémonos por combinar sabores y colores diferentes
Que la alimentación no resulte incompleta
Es muy importante que desayunen bien en casa, y que lo hagan ingiriendo alimentos que les aporten energía para aguantar la primera parte de la jornada escolar. Y también les pondremos un refrigerio para el recreo (un bocadillo pequeño, una pieza de fruta o una bolsita con palillos de pan).
Sabiendo de primera mano que desayunan y comen los niños, será más fácil organizar las meriendas (fruta, lácteos o hidratos teniendo en cuenta los grupos que ya han comido) y las cenas, siempre ligeras.
He escuchado opiniones de algunos nutricionistas que alertan sobre el riesgo de que comer de fiambrera pueda disparar los índices de obesidad infantil. En realidad creo que si está bien planificado no tiene por qué ser así. Además en muchos comedores escolares se ha estado abusando de los hidratos de carbono con escasa presencia de verduras y de pescado, así que en este sentido puede que incluso sea más saludable.
Se trata en definitiva de que la fiambrera sea sana, y de que los niños estén bien alimentados con menús equilibrados nutricionalmente. Pensemos que nadie mejor que los padres (con la debida información) sabe cómo alimentar bien a sus hijos.
Imágenes | Kelly Sue, I Love Egg, Bunches and Bits en Flickr En Peques y Más | A partir del próximo curso muchos estudiantes podrán llevar la comida de casa al comedor escolar, Volver al colegio con los productos de Tupperware En Bebés y Más | ¿Qué poner en el tupper para la comida del cole?