Comentábamos a finales del año pasado que el colegio de la peque había planteado un desafío dirigido a jóvenes de 6 a 9 años centrado en la promoción del interés por la ciencia y la tecnología. El colegio realizó un filtro de selección y finalmente la peque está formando parte del equipo que participará en la Junior First Lego League, así que están en plena fase de recopilación de ideas para el proyecto final.
El otro día, y como complemento a la fase de investigación, se los llevaron a un Centro de Día de Madrid para conocer de primera mano cuál es la realidad de las personas mayores, sus necesidades y para compartir con los profesionales del Centro la forma de trabajar con este tipo de personas.
Y es que el robot, o el diseño que tienen que realizar, es inventar algo que facilite la vida de los mayores. Mi hija me dijo que en el Centro se lo pasaron muy bien, que los abuelos les trataron estupendamente y que aprendieron mucho. Es muy interesante cómo se puede aprender a tomar requerimientos con 9 años de una forma lúdica.
Los niños hablaron con los mayores, les hicieron una ficha con la edad, el número de nietos, lo que les gusta mucho y lo que les disgusta más. Además aprendieron que los mayores son capaces de hacer muchas cosas, por ejemplo, les vieron trabajando haciendo manualidades (flores y jarrones) con papel y también se fijaron en que necesitan mucho cariño, atención y que tengan siempre cerca a seres queridos. También aprendieron a valorar las enfermedades que según nos hacemos mayores empiezan a ser más frecuentes.
Por lo visto el siguiente paso es hacer un mural con todo lo aprendido en el Centro de día. Seguirán aprendiendo y poco a poco seguro que se acercan al objetivo marcado por la Junior First Lego League.
Como padres estamos intentando ayudar, animar y motivar aunque lo que no nos queremos perder es el día en el que presenten los trabajos. Lo más importante y por lo que tienen que estar felices es porque están aprendiendo mucho y además trabajando en construir cosas útiles para los mayores.