Reconócelo, en unos años, y por mucho que digan los informes PISA, tu hijo manejará tu móvil mejor que tú. En menos que canta un gallo vas a ser uno más de los millones de padres que se habrán quedado en la prehistoria de la era digital. Y es que si esto sigue al mismo ritmo, y no parece que vaya a aminorar, en breve nos vamos a encontrar pantallitas (perdón, me chivan por el pinganillo que ahora se dicedisplays LED o algo así), pues seguro que nos vamos a encontrar LEDs de esos hasta en los toboganes del parque, y me juego el cuello a que si no los hay ahora es porque poco iban a durar y la cosa no está para gastar.
Hoy en día, todo es 2.0, tenemos televisión 2.0, móviles 2.0, internet 2.0, hasta el chopped es 2.0 si me apuran. Estamos conectados entre todos y a todas partes. Cada vez tenemos más aparatos que nos hacen la vida más fácil, o eso nos venden, pero muchas veces lo que consiguen es que la sociedad olvide técnicas y procesos que costaron siglos conocer. Así nuestros hijos nos darán mil vueltas en el manejo táctil y podrán controlar la casa entera desde su cómodo sofá, ¿ pero qué harán cuando se encuentren con un antediluviano aparato de nuestra infancia? Nuestros hijos y la tecnología de sus padres, ¿crónica de un desastre anunciado?
Decíamos que todo estaba conectado hoy en día. Por ejemplo, cualquier padre que se moleste en descubrir un poco este mundo y que le preocupe el dónde anda su hijo a cada minuto, anteriormente llamado "padre paranoico", tiene a su disposición varias docenas de aplicaciones y cacharros varios para saber la geolocalización de su hijo con un margen de error de 2 milímetros y teniendo en cuenta, que en mi época el margen era de más menos dos barrios la cosa ha mejorado bastante en ese sentido.
Nuestros hijos se han acostumbrado a que todo funciona con botones, luces de varios colores y en general mediante acciones que requieren poco o ningún esfuerzo. Pero no crean que eso es algo de estas nuevas generaciones, ya en nuestros días mozos, nuestros abuelos se quedaban pasmados, al menos el mío, ante aparatos tan comunes hoy en día como los mandos a distancia, (mi abuelo continuó levantándose del sofá, durante varios meses, para cambiar el canal hasta que nos dimos cuenta y le explicamos que no hacia falta colocarse a un palmo de la tele). Y mi abuela les decía siempre a mis padres, estos chicos van a crecer sin saber hacer nada, (realmente decía que nos volveríamos tontos, pero eso ahora queda mal decirlo).
Pero, ¿qué pasa cuando le damos la vuelta a la tortilla? ¿Qué sucede cuando dejamos solos a nuestros retoños frente a una tecnología puntera... del siglo XX claro?
Mi hijo pequeño, sin ir más lejos, lo primero que hizo cuando cambiamos el televisor por uno de pantalla plana fue intentar cambiar de canal pasando el dedo por la pantalla. Y uno de sus juguetes preferidos es un viejo teléfono de hace ya 40 años.
Os dejo con un vídeo mostrando las graciosas reacciones de niños frente a un terrible aparato que la mayoría de nosotros tuvo anclado en la mesa del salón y sin poder sacar de casa cuando era pequeño. Vamos a vengarnos un poco, sin malicia, y veamos las graciosas reacciones de niños del siglo XXI ante un teléfono del siglo XX
Contadnos. ¿Cómo han reaccionado vuestros hijos cuando se han encontrado con alguno de vuestros "juguetes"? ¿Os acordáis cuando sólo os podían localizar cuando estabais en casa? Qué tiempos aquellos verdad.
Vía | youtube Foto | thinkstock En Bebés y Más | Cada vez más pequeños utilizan nuestros teléfonos, Tecnología vs juegos tradicionales: ¿qué se pierden los niños frente a las pantallas?