Justo cuando me disponía a escribir este artículo relacionado con la seguridad vial en los entornos escolares, me llegan noticias sobre el autobús escolar que se ha accidentado hace unas horas en Xàtiva (Valencia). Por eso antes de desarrollar las condiciones para que los alrededores de un colegio sean seguros, me gustaría que todos releyéremos este post más antiguo sobre el transporte escolar.
Volvemos al entorno de las escuelas, y a la seguridad de los niños cuando deben acceder hasta el colegio. A nadie se le escapa que las ciudades no están pensadas para los niños (si lo estuvieran, los pequeños no deberían encerrarse en parques infantiles para jugar, por ejemplo). Cada uno de los colegios debería estar dotado de medidas de prevención y seguridad en su entorno.
La búsqueda de soluciones a nivel local, repercutiría en beneficios de movilidad para toda la población, además de en mayor tranquilidad para las familias con niños en edad escolar. Se debe priorizar la protección de los más vulnerables. Os propongo un ejercicio de observación: mañana a primera hora, contad los vehículos que llegan al primer paso de cebra cercano al cole a velocidad inadecuada, y a aquellos que suben encima de la acera habiendo transeúntes (especialmente niños) cerca. Afinad un poco más la vista y después me contáis la cantidad de niños que van sin dispositivo de seguridad (o con él pero sin atar). Imprudencias se comenten muchas más, pero para mí estas son las más evidentes.
En la Asociación Nacional de Seguridad Infantil, nos cuentan que ‘las familias deben cumplir con los requisitos de protección que los menores necesitan’; y que ‘los responsables de la ordenación viaria y movilidad, deben establecer las bases para crear estos entornos bajo los criterios preventivos que éstos requieren (junto con escuelas y familias)’
Requisitos para que el entorno de la escuela sea seguro
Vía de circulación: debe ser peatonal o limitada a 30 kilómetros por hora. Si es una calle de un solo sentido se ofrece más protagonismo a los peatones y se reduce el número de automóviles que soporta la zona.
Señalización: los conductores deben estar informados mediante señalización vertical o marcados viales de superficie, de forma que extremen las medidas de precaución.
Semáforos: la regulación en tiempo variable, facilita la movilidad peatonal en momentos de máxima aglomeración (entradas y salidas), así como circulación rodada en el resto de tiempo. En el caso de existir cruces amplios, éstos deben contar con refugios peatonales para albergar a varias personas.
Reductores de velocidad, estos dispositivos tan molestos para algunos conductores, consiguen una desaceleración importante antes de los cruces de peatones.
Como madres y padres tenemos una labor educativa importantísima cuando acompañamos a los niños: llegará un día en que ellos vayan solos (para mí y en caso de mi mayor ya ha llegado). Por eso es decisivo que crucemos por los pasos de peatones, que no transitemos entre coches que estén en marcha, que aguardemos el semáforo en verde, y que respetemos la señalización de los agentes de la policía local. Así les estamos enviando mensajes que interiorizaran, y herramientas a utilizar en el futuro
Los pasos de peatones deben ser elevados o con rebajes en las aceras, también deben derivar lo más próximo a la puerta de acceso al centro educativo.
Aceras y calzada: el estado de conservación debe ser óptimo, evitando caídas a menores con habilidades motrices en desarrollo. La anchura de las mismas debe establecerse en función de la aglomeración de personas, escolares y sillas de bebés, siendo lo suficientemente amplias para albergarlas.
En el caso del mobiliario urbano su ubicación y distribución no debe suponer en ningún caso la obstaculización visual de peatones y conductores, tampoco debe obstruir los pasos de cruce o la reducción de las aceras.
En cuanto al estacionamiento, se recomienda los denominados en línea, evitando los de batería (por invasión de calzada ante un despiste o imprudencia). Así mismo los aparcamientos situados en las zonas de acceso principal o cercanos al centro deben disponer de elementos de seguridad como espejos de visualización panorámica para evitar atropellos involuntarios al salir de dichos espacios.
Cuando se trate de centros de primer ciclo de Educación Infantil, o pabellones de Educación Infantil en colegios, deben existir zonas de estacionamiento con limitación horario para dar respuesta a la necesidad de disponer de tiempo y espacio que permita asegurar (y soltar) con tranquilidad a los niños en sus sillitas y elevadores.
Como he comentado, las familias (o profesionales de la educación) tenemos mucho que decir, utilizando los canales que tenemos a nuestro alcance. Por ejemplo si la calle de acceso al colegio es muy estrecha, y además en horario de entrada y salida hay muchos coches mal estacionados, se pueden exigir soluciones a través de la AMPA del colegio, o entrevistándonos con el concejal de urbanismo del Ayuntamiento.
Me queda aún un inciso que complementa este post y tiene que ver con el transporte escolar, nos servirá para refrescar información y para entender la importancia de proteger a los niños y niñas durante el trayecto a la escuela, o en las cercanías de esta. Seguiré mañana.
Imagen | alisdair Fuente | Asociación Nacional de Seguridad Infantil En Peques y Más | En Portland los niños van al cole en bicicleta, Atención familias: campaña de la DGT para garantizar la seguridad en el transporte escolar