Cuando toca volver al trabajo una vez finalizado el período de baja por maternidad y paternidad, muchos padres optan por dejar a sus hijos al cuidado de los abuelos. La pésima conciliación laboral y familiar obligan a muchos padres a pedir ayuda a los abuelos pues ante todo, lo que prima es el hecho de que sea un miembro de la familia antes que un desconocido quien quede al cuidado del niño.
La mayoría de los abuelos disfrutan enormemente de cuidar a sus nietos, pero esto no quita que en ocasiones se sientan desbordados por el esfuerzo de cuidarles tantas horas, provocando lo que se conoce como el “síndrome del abuelo esclavo”.
Uno de cada cuatro abuelos cuida de sus nietos
En España, uno de cada cuatro abuelos cuida cada día a sus nietos, según una encuesta realizada por la fundación Mémora. Y de ellos, solo el 12 por ciento decide cuándo cuidar a los pequeños.
Aunque en otros países europeos hay más abuelos que cuidan de sus nietos, los abuelos españoles son los que más tiempo dedican al cuidado de sus nietos, una media de 7 horas al día.
Pero esta elección puede tener un alto coste, una situación que sobrepasa sus capacidades físicas y psicológicas. Muchos abuelos dejan de lado sus actividades y a veces hasta renuncian a sus propias vacaciones para atender a sus nietos en jornadas extenuantes.
Un abuelo que quiere colaborar y sentirse útil puede acabar convirtiéndose en un abuelo agotado y sin tiempo para su propio disfrute personal.
Un disfrute y no una obligación
La relación entre nietos y abuelos es una relación de enriquecimiento mutuo, y muy positiva desde el punto de vista afectivo. Los niños encuentran en los abuelos una figura de referencia mientras que los mayores se sienten rejuvenecidos con el cariño de los pequeños y hasta hay investigaciones que aseguran que viven más.
Pero desde luego el cuidado de los nietos debe ser un verdadero disfrute para los abuelos y no una obligación que mine su salud física y emocional. Cuando se llega a este punto es momento de replanteárselo y buscar otra solución.
La jubilación es una etapa de la vida en la que los mayores tienen derecho a descansar, disfrutar del tiempo de ocio y dedicarse a sus aficiones, y no es justo que ellos paguen el impacto social de la falta de conciliación.
El síndrome del abuelo esclavo es un fenómeno que se ha instalado en la sociedad actual en la que los mayores son quienes acaban pagando las grandes carencias sociales en el ámbito del cuidado infantil.
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