Según una encuesta realizada en Internet y con alcance nacional por el Instituto de investigación Core Research a 1.665 padres de niños entre 5 y 12 años, tan solo el 41% de aquellos cuyos hijos sufren enuresis nocturna, consideran que la enfermedad de sus hijos es un problema. A pesar de que los niños lo refieren como uno de los acontecimientos más traumáticos y penosos y puede tener consecuencias a largo plazo. Y es que entre los 5 y 6 años de edad todo niño debería controlar fisiológicamente sus esfínteres y dejar de mojar la cama por las noches. A partir de esa edad se considera que el niño sufre enuresis.
El médico, pediatra o urólogo, es el único que puede determinar la causa de este trastorno y descartar otras posibles patologías asociadas más graves como diabetes, infecciones del aparato urinario o malformaciones, entre otras. Además determinará el tratamiento a seguir con medidas conductuales, tratamiento farmacológico u otros. El retraso en el abordaje y tratamiento de este trastorno hace que la severidad y frecuencia de los síntomas aumente. Se estima que el 90% de los casos están causados por un trastorno fisiológico y de éstos alrededor de un 85% se deben a causas hereditarias.
Para los expertos la falta de información de los padres y de sensibilidad hacia el problema revelan la necesidad de concienciarles sobre la importancia y consecuencias de este desarreglo pues, en muchas ocasiones, se mantiene oculto sin diagnosticar, porque los padres, las propias familias, lo consideran un tema tabú, y le quitan importancia al pensar que se solucionará con la edad, sin tener en cuenta que se trata de un problema de salud con importantes implicaciones en la vida del niño.
Entre los 5 y 6 años de edad, todo niño debería controlar fisiológicamente sus esfínteres y dejar de mojar la cama por las noches, por eso, es a partir de ese momento, cuando se considera que el niño sufre enuresis. Retraimiento social, baja autoestima, vergüenza, bajo rendimiento escolar, pesadillas o ansiedad, son algunas de las consecuencias de esta patología, por eso los especialistas insisten en la importancia del abordaje temprano de la enuresis, a fin de prevenir posteriores alteraciones psicológicas.
Se estima que el 90% de los casos de enuresis están causados por un trastorno fisiológico que puede ser retraso en la maduración de la vejiga o producción nocturna de orina superior a la normal, de ellos alrededor de un 85% se debe a causas hereditarias: padre, madre o familiar de primer grado han sufrido el trastorno en su infancia. Sólo el 10 % restante de los casos son achacables a acontecimientos inusuales en la vida del niño.
El cuerpo humano produce un 70% de la orina diaria a lo largo de todo el día y un 30% durante la noche, esta producción está regulada por la acción de la hormona ADH (hormona anti diurética en sus siglas inglesas) que es sintetizada por el cerebro y que da la orden de reducir la producción de orina nocturna. Las personas que sufren enuresis padecen un trastorno que impide la mayor liberación de hormona por la noche por lo que la producción de orina no disminuye, la vejiga se llena durante el sueño y se produce la pérdida involuntaria.
Es necesario por tanto recurrir a ayuda médica especializada para solucionar el problema con un tratamiento temprano y adecuado al perfil de cada niño, con el fin de evitar consecuencias a largo plazo.