Se acerca el momento. Ya estamos en el tercer trimestre de embarazo y ahora más que nunca nos van a asaltar las dudas y temores sobre el parto. Y en la base de todos esos miedos, un único deseo: que el bebé nazca bien. ¿O más bien dos deseos? Que nosotras también estemos bien.
Algunas mujeres van muy tranquilas al parto, al fin y al cabo es un proceso natural a través del que todos hemos venido al mundo. Pero se trata de un proceso no exento de riesgos, y sobre todo las madres primerizas pueden mostrar estos miedos sobre el parto que pasamos a comentar.
Miedo a un parto largo
¿Cuánto dura un parto? Es la pregunta que toda mujer embarazada se hace, aunque no tiene una respuesta exacta. Las fases de dilatación activa en el parto suelen durar un promedio de ocho horas en madres primíparas y cinco horas en las multíparas. Y, por supuesto, siempre nos gustaría estar por debajo de esa media en cuanto a la dilatación activa (sí, esa que más duele) se refiere.
No podemos determinar cuánto durará nuestro parto, pero cuanto más se alargue, más débiles estaremos. Lo único que podemos hacer por intentar acortar el parto es seguir los consejos para ablandar el cuello del útero y no ir "verde" al hospital. Es decir, debemos favorecer la fase de dilatación latente de manera natural (caminando, haciendo el amor...) y de este modo ayudar a que los famosos diez centímetros de dilatación lleguen antes.
Miedo a una cesárea
Damos por sentado que a la mayoría de mujeres les gusta parir por vía natural, vaginalmente y no a través de una cesárea, por los riesgos que este procedimiento quirúrgico implica para la madre y el bebé.
El hecho de que un parto se alargue o se complique y acabe en cesárea es una cuestión que asusta a muchas mujeres. Las complicaciones rara vez se pueden predecir, pero si podemos hacer algo por reducir el riesgo, en ocasiones, de que un parto acabe en cesárea, es procurar un embarazo saludable, con el peso ideal (el sobrepeso eleva el riesgo de cesárea), e ir preparadas físicamente para el parto.
Miedo al dolor en el parto
Si la preparación física es importante, también lo es la mental. Y precisamente ahí flaqueamos en ocasiones, cuando nos vence el miedo al dolor, nos bloqueamos y no estamos al cien por cien para afrontar el parto. Las contracciones dolorosas, como hemos visto, suelen durar unas cuantas horas, ¿estamos preparadas para afrontarlas?
Las contracciones o una posible episiotomía son los principales miedos y si bien las primeras son inevitables y necesarias para el parto natural (aunque cada mujer percibirá el dolor de forma diferente), recordemos que las episiotomías no se recomiendan por sistema, solo si existe necesidad clínica.
Hay muchas mujeres que aprenden a controlar ese miedo (con técnicas de relajación, por ejemplo) u otras a las que no les afecta el temor. Otras, sin embargo, tendrán un gran miedo al dolor. Muchas mujeres deciden entonces apostar por métodos como la anestesia epidural (aunque eso no quiere decir que no haya miedo al pinchazo), el gas de la risa y recuerda que existen métodos no farmacológicos para aliviar el dolor.
Miedo a que el bebé no esté bien
Nuestros abuelos cuentan que lo primero que se hacía cuando nacía el bebé era contarle los dedos de manos y pies. Hoy en día, con las ecografías tan precisas a nuestro alcance, no suele ser nuestra prioridad ese recuento de pequeños apéndices. Pero hasta que no ves al bebé, no te crees del todo que vaya a estar bien.
Y el parto es un momento importante en el que algo podría suceder mal y afectar al bebé. Por eso creo que toda madre, cuando oye llorar por primera vez a su bebé, siente un gran alivio.
Miedo a una recuperación lenta
El último miedo que comentamos se refiere más bien a unas consecuencias del parto, de las que tal vez no nos enteramos en ese momento pero que nos pueden pasar factura después. No solo la cesárea nos preocupa, hay otras intervenciones menores o efectos del parto que nos asustan.
Las episiotomías, los desgarros, las hemorroides, el cansancio... ¿cuánto de todo eso tendré? ¿Podré ocuparme del bebé? Nos preocupa no ser capaces de atender al bebé como nos gustaría. Por eso, la pregunta de si "sobreviviré" al parto acucia a muchas mujeres.
Y es probable que tras el parto te sientas como si te hubiera pasado por encima un tren, y necesitarás descanso y ayuda, pero recuerda que el nuevo miembro de la familia te hará sacar fuerzas de donde pensabas que no había nada.
Recuerda que todos estos son miedos normales que puedes compartir con el personal médico que te atiende y con tu entorno. Muchos temores se reducen sencillamente con una buena información. Las clases de preparación al parto y el contacto con otras futuras mamás pueden ayudarte a disipar miedos.
Puede que incluso confirmes que son miedos habituales, compartidos con otras embarazadas y que tuvieron las que ya son madres. Pero por fortuna la mayoría de los partos irán mejor de lo que esperabas. También habrá casos contrarios, pero son los menos.
En definitiva, si vas a ser mamá, puede que te asalten estos temores más frecuentes sobre el parto, pero procura que el miedo no te bloquee. Y también es posible que tengas unos miedos diferentes. Y es que cada mujer, cada parto, cada experiencia es un mundo.
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