Había oído hablar de mujeres que aseguraban haber tenido un orgasmo durante el parto, pero para mí era otro mito falso. Siempre he relacionado placer con sexo y parto con dolor, o más bien con la posibilidad de no sentirlo.
Y la realidad y la ciencia me han demostrado que estaba muy equivocada. Tener un orgasmo es posible durante un parto respetado, ya que los órganos sexuales de la mujer y las hormonas del placer están muy implicadas en el nacimiento.
Base científica
El parto es para la mayoría de las mujeres un acto incomparable de amor, pero que se vive con dolor. De hecho las mujeres buscan alternativas naturales para intentar paliarlo, como adoptar diferentes posturas, masajes, técnicas de respiración... Y en ese sentido, un parto placentero suele ser una manera de decir "no ha sido tan duro".
Pero los científicos aseguran que se puede dar a luz con la ayuda de una explosión de placer propiciada por un orgasmo. El dolor queda reducido a soportable y la madre siente que acaba de vivir el acto de amor más importante de su vida. Recuperar el contacto con la sexualidad uterina y crear un ambiente favorable son básicos para lograrlo.
¿Qué distingue a estas pocas mujeres afortunadas? Esta es la pregunta que ya se el hizo en los años 70 el obstetra francés, Michel Odent, uno de los grandes defensores del parto fisiológico, y que le llevó a afirmar que: "la función principal del orgasmo es parir. Todas las mujeres deberíamos parir con el orgasmo más grande de nuestras vidas".
Según la doctora Beverly Whipple, reputada sexóloga internacional, el orgasmo es posible porque la presión que ejerce la cabeza del bebé en el sistema nervioso pélvico estimula muchos de los puntos que tienen un papel determinante en los orgasmos vaginales, cervicales y de clítoris.
Y añade que durante el parto, se incrementan los niveles de oxitocina, la hormona del amor que se segrega también en más cantidad cuando estamos enamorados, con las personas que nos hacen sentir bien y cuando mantenemos relaciones sexuales.
Menos dolor y más placer
Disfrutar de un parto respetado y controlando el dolor, es un deseo muy generalizado entre las futuras mamás. Pero no siempre es posible. Por eso sorprenden estudios que aseguran que los partos dolerían mucho menos si las mujeres se masturbaran.
Así lo asegura el psicólogo neoyorquino Barry Komisaruk, uno de los mayores expertos en orgasmos femeninos, que ha logrado cuantificar los beneficios de la autoestimulación vaginal y clitoriana de la mujer en el control del dolor.
Así, si la mujer puede sentir menos dolor durante el parto si logra varios orgasmos durante la dilatación y el expulsivo.
También la sexóloga Yvonne Fullbright, se decanta a favor de los beneficios del orgasmo para controlar el dolor. Asegura que para lograr disfrutar al máximo del momento del parto hay que superar los temores, asumir que el embarazo no es un obstáculo para la vida sexual, estar dispuesta a abrazar la idea del placer sin límite durante el parto, y no poner barreras psicológicas a la llegada del momento.
Pero resulta complicado vivirlo así, según nuestro bagaje cultural. Un parto está visto socialmente como algo doloroso y poco placentero y, a pesar de ser un acto sexual, como asegura esta sexóloga y los demás estudiosos del tema, la intimidad durante el parto es casi una misión imposible y en esas condiciones es complicado desinhibirse.
Tampoco podíamos dejar fuera de estas opiniones expertas a la matrona estadounidense Ina May Gaskin, una de las figuras fundamentales del movimiento mundial a favor del parto respetado. En un encuentro con ella en Madrid en noviembre de 2018, explicaba por qué algunas mujeres casi hasta se sienten ofendidas incluso con la posibilidad de experimentar placer mientras dan a luz, ya que se asocia casi exclusivamente con hacer el amor.
"Creo que este tipo de reacción tiene mucho que ver con el hecho de que el modelo médico de nacimiento ha borrado el hecho evidente de que las mujeres dan a luz con su órgano sexual. Más confusión se debe a que a las mujeres de nuestra cultura no se les enseña que sus tejidos vaginales tienen la capacidad de hincharse de manera similar al pene".
Y añade que:
"Muchas mujeres creen que cuando un bebé pasa por la vagina, ese órgano se estira y pierde efectividad. Pero si es bien tratada (no se somete a una episiotomía de rutina, hormonas artificiales o forceps), se hincha de manera impresionante, ya que estos tejidos tienen la capacidad de contener una gran cantidad de sangre cuando el parto estimula las hormonas de éxtasis (la oxitocina y las beta-endorfinas). En estas circunstancias, la vagina estimulada funciona bien al nacer".
Testimonios de orgasmos en el parto
¿Sigues sin verlo claro? En este caso, puede ser interesante que veas el tráiler del documental 'Orgasmic Birth', donde siete mujeres y sus parejas invitan a compartir sus momentos más íntimos, el nacimiento orgásmico, alegre, sensual y revolucionario, que plantea un desafío definitivo a nuestros mitos culturales.
Opiniones de expertos, entrevistados para la película, ofrecen puntos de vista interesantes sobre el tema.
Por ejemplo, la ginecóloga y obstetra Christiane Northrup, señala los efectos positivos del orgasmo en la depresión postparto:
"Creo que la conexión entre el uso excesivo de la intervención y la depresión posparto es enorme. Si las mujeres experimentaran el éxtasis del nacimiento, tendrían el efecto que les haría superar los cambios hormonales de la semana siguiente. Tu cuerpo y tu sabiduría interior te dan esa altura".
Y queremos quedarnos con los ánimos del obstetra brasileño Ricardo Jones, a las embarazadas, para que confíen en su sabiduría:
"Hay un paralelismo entre la sexualidad y el parto. Cuando estéis dando a luz, confiad en vosotras mismas. Confiad en vuestro poder interior, en vuestra habilidad para dar vida. Esto es algo absolutamente sagrado que posee cualquier mujer. Un médico, una enfermera y todas las matronas del mundo son personas que no están en condiciones de enseñar a una mujer a dar a luz, sino de facilitar la labor que ya sabe hacer".
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