Años atrás, cuando los partos se producían en los hogares, la fecha de parto era menos específica que ahora. Se hablaba de que el nacimiento sería "al final del verano", "para Navidades" o "para Pascuas", por ejemplo.
Cuando el parto se trasladó del hogar al hospital, comenzó a hablarse de “fecha estimada de parto" o “fecha probable de parto" cuando a lo mejor, según algunos expertos, lo más acertado sería hablar de “semana probable de parto", 40 semanas después de la fecha de la última menstruación ó 38 semanas después de la concepción.
La fórmula para calcular la fecha probable de parto (FPP) es muy sencilla. Se llama regla de Naegele. Se toma la fecha del primer día de la última menstruación y se le suman 7 días más 9 meses (o menos 3 meses, como prefiráis). O lo que es lo mismo, se le suman 40 semanas o 280 días.
Pero la fecha probable de parto es sólo eso, probable. Es el día calculado a raíz de esta fórmula, es una fecha aproximada que puede tener un margen de error de hasta 14 días antes o después del día calculado.
Las ecografías ayudarán a ir afinando la fecha ya que mediante las imágenes se comprueba si las semanas de embarazo coinciden con el tamaño y desarrollo del bebé. Pero esto será posible durante el primer trimestre, cuando todos los bebés se desarrollan más a menos a un ritmo similar. A medida que el embarazo avanza, aunque tienen la misma edad gestacional, cada cual comienza a manifestar sus señas de crecimiento particualres, algunos son más grandes que otros, algunos pesan más, o tienen el perímetro craneal más grande, los huesos más grandes, etc.
Sin embargo, los niños no saben de fórmulas matemáticas. Nacen cuando tienen que nacer, aunque algunos llegan al mundo cuando otros lo disponen. No debería ser así, pero sucede.
Conozco bebés que han nacido puntualmente el día de la fecha de parto calculada, pero esto ocurre en sólo un 10% de los casos. El 90% restante nace según lo dispongan los cambios hormonales y endocrinos de la madre y el bebé responsables de desencadenar el trabajo de parto.
Hay quienes consideran que las fuerzas de la naturaleza como las mareas, las tormentas o las fases de la luna interfieren en la fecha de parto, pero son sólo creencias sin fundamento científico.
Con más rigurosidad, algunos expertos aseguran que los aspectos psíquicos influyen en el inicio del parto. Afirman que se produce una interacción o sintonía entre el cerebro de la madre y del bebé. Que éste último enviaría señales endocrinas a la placenta y a la madre para que su organismo ponga en marcha la segregación de oxitocina, hormona encargada de provocar las contracciones uterinas que dan lugar al nacimiento.
Sea como fuere, se considera que un niño nace a término cuando el parto se produce entre la semana 37 y 42 de embarazo, teniendo en cuenta el margen de más menos 2 semanas que pudo haber de error al calcular la fecha de parto.
Antes de la semana 37 se lo considera un parto pretérmino o prematuro. Si el niño nace entre la semana 35 y 37 estamos hablando de un bebé moderadamente prematuro, entre la semana 30 y 34 hablamos de un bebé muy prematuro y antes de la semana 30 de grandes prematuros.
Por su parte, se denomina parto post-término cuando se produce después de la semana 42. A estas alturas las constantes vitales del bebé están constantemente controladas para evitar que se produzca sufrimiento fetal. De notar cualquier mínimo indicio, el médico tomará cartas en el asunto.
Sea cual sea el día que tu bebé llegue al mundo, será una fecha sumamente importante en vuestras vidas. En este Especial sobre el Parto daremos toda la información necesaria para que tengáis el mejor recuerdo de ese momento.
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