Se suele creer (nos hacen creer) que cuando un bebé nace antes de término debe practicarse una cesárea para "evitar riesgos", pero nuevos estudios ponen en evidencia que el parto vaginal es más seguro que la cesárea en el caso de parto prematuro.
La cesárea es una variante que debe realizarse cuando existe imposibilidad de tener un parto normal. Que el bebé nazca antes de tiempo no lo impide, por eso, siempre evaluando pros y contras en cada caso, debería intentarse el parto por vía vaginal. No tiene que ser cesárea sí o sí.
La forma de nacer de un prematuro es una decisión muy controvertida para los médicos, que deben pensar en el riesgo tanto para el bebé como para la madre. Actualmente, según la revisión Cochrane, "no existen pruebas suficientes para evaluar el uso de una política de cesárea electiva para el parto del bebé pequeño". Y claro está que la madre también tiene poder y su decisión debe ser tomada en cuenta.
En los últimos años se ha producido un importante aumento en el índice de cesáreas en los países desarrollados. Incluso en España, uno de cada tres niños nace por cesárea, mucho más que el 15 por ciento aceptable por la OMS (Organización Mundial de la Salud).
Los factores de riesgo del parto prematuro van desde una enfermedad de la madre como diabetes o preeclampsia hasta complicaciones en el embarazo como la rotura prematura de la bolsa. Desde luego, cada caso es especial y hay diversas circunstancias a tener en cuenta a la hora de elegir uno u otro tipo de parto como la edad gestacional, la presentación del bebé, el número de fetos... Pero aún en los casos de partos gemelares muy pretérmino no hay evidencia que justifique una política de cesárea electiva.
Parto vaginal más seguro que la cesárea
Un estudio publicado en la revista Obstetrics & Gynecology ha concluido que los bebés muy prematuros tienen menos problemas para respirar si nacen por vía vaginal que por cesárea.
Analizaron más de veinte mil nacimientos de niños muy prematuros (nacidos entre las semanas 24 y 34 de gestación) y hallaron que los bebés nacidos por cesárea eran más propensos a tener dificultad respiratoria que los nacidos por parto vaginal. Concretamente, un 39 frente a un 26 por ciento.
La explicación que dan los investigadores es que durante el trabajo de parto del parto vaginal, donde el proceso sigue un curso natural, las contracciones ayudarían a vaciar los pulmones para que el bebé pueda respirar mejor por primera vez cuando nace. Como una sincronización entre presión y respiración.
También encontraron que los resultados del Test de Apgar (test que se realiza a los cinco minutos para evaluar el estado general del recién nacido) eran inferiores en los bebés nacidos por cesárea frente a los nacidos por vía vaginal.
Como conclusión, el parto vaginal es, desde todo punto de vista, la forma más segura de nacer. Por tanto, a la luz de las investigaciones, no habría por qué no intentarlo siempre que sea seguro.
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