La mejor prevención es amamantar con frecuencia, o si notas que el pecho está muy congestionado aliviarlo con el sacaleches. No dejes pasar mucho tiempo entre cada toma.
Un viejo truco familiar que me ha funcionado muy bien para aliviar la congestión es pasarse un peine de puntas redondeadas con movimientos suaves hacia el pezón.
Ante los primeros síntomas de mastitis, debes colocarte paños calientes, darte duchas tibias, descansar y hacerte masajes suaves. No es necesario suspender la lactancia, por el contrario, vaciar el contenido de los senos contribuye. Si ya hay síntomas más intensos, con fiebre, escalofríos y mucho dolor, deberás consultar al médico, que seguramente te dará algún medicamento. Mientras tanto podrás alimentar al bebé del otro seno y sacarte de alguna manera la leche del seno afectado.
La higiene del pezón también es muy importante, ya que las bacterias podrían colarse. Debes limpiártelos bien antes y después de cada toma.
Aunque la mastits puede darse en cualquier momento durante la lactancia, suele ser más común que aparezca en los 30 días posteriores al parto y puede suceder más de una vez.
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