Cuando una embarazada consume drogas o alcohol expone a su hijo a estas sustancias a través de la placenta, por lo que al nacer, los bebés presentan síndrome de abstinencia del recién nacido o síndrome de abstinencia neonatal, ya que al igual que sus madres se vuelven adictos.
Al nacer, estos bebés dejan de recibir la droga que les daba el cuerpo de sus madres y entones es cuando aparece este síndrome. Hospitales y clínicas de Estados Unidos comenzaron a implementar un programa en el que buscan voluntarios para abrazar y cuidar a estos bebés que requieren atención especial.
Los beneficios de recibir un abrazo son muy grandes. Nos ayuda a sentirnos seguros y protegidos, llenándonos de toda clase de emociones positivas, así como de tranquilidad. Muchos de estos bebés pasan meses en el hospital, y en ocasiones no están sus madres pues se encuentran en programas de rehabilitación de drogas.
Por esta razón, Jane Cavanaugh, una enfermeda de Pennsylvania, creó un programa para reclutar voluntarios que abracen a los recién nacidos. Su idea surgió cuando vio que el número de bebés que nacían con adicciones aumentaba y no había suficientes personas para apoyarlos en sus horas críticas, cuando sufren el síndrome de abstinencia y deber ser cargados por varias horas.
El programa lo inició en el hospital Thomas Jefferson University de Filadelfia el año pasado, y desde entonces cientos de voluntarios se han ofrecido para participar, tanto así, que ya llenaron todos los espacios necesarios para cubrir todo 2017.
"Estos bebés que están pasando por la abstinencia necesitan ser sostenidos por extensos periodos", declaró en una entrevista la enfermeda Cavanaugh. "Necesitan contacto humano. Necesitan ser tranquilizados. Necesitan que se les hable".
Los síntomas que presentan los bebés al pasar por el síndrome de abstinencia son terribles, hace algún tiempo compartimos en Bebés y más un video donde se muestran, y pueden incluir temblores, espasmos musculares, llanto estridente, irritabilidad, sudoración, indigestión, diarrea, vómito, problemas para dormir y fiebre.
Para participar en el programa los voluntarios deben tomar un curso que preparó la enfermera Cavanaugh en conjunto con el coordinador del programa de voluntarios del hospital. El primer paso es que se certifique que los voluntarios no tienen antecedentes de abuso de menores para posteriormente asistir al curso.
La capacitación consiste en una clase de cuatro horas en la que se les enseña a los voluntarios a sostener y envolver correctamente a los bebés, así como a lavarse correctamente las manos y se les instruye sobre el control de infecciones.
"Envolvemos a los bebés de maneja ajustada y los sostenemos firmemente. Los bebés necesitan eso porque tiemblan mucho. Les da tranquilidad y control. Pero les dejamos su manos libres para que puedan tocar sus rostros y poner sus manos en sus bocas", comenta Cavanaugh.
Los voluntarios no alimentan a los bebés ni les cambian los pañales, y sus turnos de tres horas siempre están supervisados por una enfermera.
Aunque el programa se originó en Filadelfia, otras clínicas y hospitales de Pennsylvania, así como de otros estados incluyendo California y Texas, tienen programas similares en los que asisten voluntarios para abrazar a los bebés en las unidades de cuidados intensivos neonatales.
"Estos voluntarios son enviados del cielo. Son maravillosos cuando se trata de calmar a los bebés", comenta Maryann Malloy, una enfermeda del centro médico Einsten, otro hospital de Filadelfia donde tienen una iniciativa similar.
Vía | Philly
Fotos | iStock,
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