El contacto visual con tu bebé: por qué es importante mirar a los ojos al recién nacido
Sabemos que, aunque los bebés tiene la capacidad de ver desde que nacen, durante sus primeros meses de vida realmente es muy poco lo que alcanzan a ver, aproximadamente entre 20 y 30 centímetros. Sin embargo, esto no quiere decir que no debas prestar atención a sus ojos.
En realidad, el contacto visual con tu bebé es algo esencial desde el momento en que nace. Te compartimos por qué es importante mirar a los ojos al recién nacido.
El cerebro del bebé
Durante sus tres primeros años de vida, el cerebro del bebé forma mil conexiones nuevas por segundo. Pero además de formar todas estas nuevas conexiones cada día mientras se encuentra en esta etapa, su cerebro crece más rápido que nunca, particularmente durante sus primeros días y meses de vida, para posteriormente ir reduciendo la velocidad de su crecimiento con el paso del tiempo.
Por ello, es muy importante que como padres ayudemos al desarrollo de su cerebro durante esta etapa temprana de su vida, que es cuanto más crece y más conexiones nuevas se forman. Durante esos primeros tres años es también cuando se crean sus patrones de pensamiento y respuesta, en los cuales influirá mucho el ambiente en el que se el bebé crezca y se desarrolle.
Recordemos que el cerebro del bebé adapta su estructura para corresponder los estímulos del ambiente, y cuando establece contacto visual, él comenzará a diferenciarse de la otra persona y a reaccionar ante lo que ella haga, así como a medir las reacciones que ocasiona su presencia ante la otra persona.
Por eso, muchas veces vemos que los bebés imitan lo que nosotros hacemos, o sincronizan sus movimientos con las palabras, gestos o sonidos que nosotros emitimos. Entre más le hablemos, cantemos o le regalemos sonrisas, mejor ayudaremos a estimular sus sentidos y a contribuir al desarrollo de su cerebro.
El contacto visual, base del vínculo con tu bebé
Pero además de ver a tu bebé a los ojos para ayudar a contribuir al desarrollo de su cerebro durante sus primeros años de vida, establecer el contacto visual con él hace que se forme un vínculo especial entre ambos, y fomenta desde temprana edad el proceso de individualización de los niños.
Curiosamente, la distancia en la que los bebés alcanzan a distinguir claramente durante sus primeros meses, es la distancia a la que está nuestro rostro del de él cuando le sostenemos en brazos o le alimentamos. Al principio, tu bebé se fijará más en las partes de tu rostro que le resultan sencillas de distinguir, como las cejas, la línea del crecimiento de cabello o tu boca al hablar, por el movimiento que hace y llama su atención.
Después, poco a poco, irán fijándose más en tu ojos y familiarizándose con tu rostro. Comenzará a relacionarlo con esas sensaciones placenteras que le ofrecen tus brazos, pues al tomarle y verle a los ojos, le transmitimos ese calor y esa seguridad que ellos necesitan durante sus primeros años.
Además, al sostenerle en brazos y hacer contacto visual, tu bebé también analizará tu rostro y rasgos faciales, comenzando a comprender así algunas de las expresiones que haces y que posteriormente imitará, contribuyendo a su educación emocional desde los primeros meses de vida.
Pero además de comenzar a crear y fortalecer un vínculo emocional, un estudio encontró que mantener el contacto visual con el bebé ayuda a facilitar la comunicación entre ambos, y del cual se concluyó que establecer y mantener contacto visual con el bebé, ayuda a crear un estado de sincronía que facilita la transferencia de información, durante las etapas tempranas de aprendizaje y comunicación.
Como podemos ver, aunque al principio nuestros bebés recién nacidos no vean de forma tan clara como lo hacemos nosotros, establecer contacto visual es bueno para el desarrollo de su cerebro y nos ayudará a tener una conexión emocional más fuerte, ayudándole a sentirse seguro y amado.
Fotos | iStock